Azrach Omar
Al Arab, 15/09/2016
Tras la limpieza sistemática llevada a cabo por el régimen de Argelia contra el foco de la oposición en el interior (dispersión de los islamistas para luego convertirlos en partidos exiliados enfrentados entre ellos, domesticación de los partidos amazig que en el pasado fueron una fortaleza de resistencia, persecución de asociaciones culturales, artísticas y de las grandes uniones como la de trabajadores, la de comerciantes o la de mujeres amén de todos los colegios profesionales), ahora ha llevado la batalla al exterior cambiando viejas leyes y emitiendo algunas nuevas hechas a medida para impedir que los miembros de la comunidad argelina residentes en el extranjero, sobre todo en Europa, se conviertan en oposición organizada, puedan ocupar altos cargos del Estado que monopoliza el equipo del presidente Abdelaziz Butefliqa en todos los sectores: el civil, el de la seguridad, el político, el militar y el económico.
El régimen argelino inició esta batalla, de forma descarada y práctica, hace años, concretamente tras la anulación de la segunda fase de las elecciones legislativas que hizo estallar la lucha armada entre él y el Frente Islámico de Salvación (FIS) y su ala militar. Esa lucha hizo que muchos mandos del partido se refugiaran en Europa y en otros países islámicos escapando a la tortura y la muerte.
El régimen comenzó a sentir un peligro latente cuando algunos opositores o detractores suyos empezaron a formar agrupaciones políticas en el exterior (como el Movimiento Rachad en Gran Bretaña) y a crear páginas en redes sociales y medios de comunicación electrónicos además de una televisión por satélite, Al Magharibia, que dirige desde Gran Bretaña el hijo de Abbasi Madani, líder del ilegalizado FIS. Además, la decisión de presentarse como independiente a las últimas presidenciales del empresario argelino residente en Francia Rachid Nekkaz, aceleró la decisión de las autoridades argelinas de asestar duros golpes a la cada vez mayor oposición argelina en el extranjero.
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Viñeta de Osama Hayyach
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