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La destitución del «hombre fantasma», el general Taufiq, por el presidente argelino plantea muchos interrogantes.
En el país crece la expectación ante la fase final de una serie de destituciones en la cúpula militar que comenzó con
la del coronel Fauzi, presidente del círculo de Medios de Comunicación, y que habría terminado este domingo con la
del general Taufiq. El ex oficial argelino retirado en Londres Ahmad Shushán interpreta la destitución de Taufiq en el marco de un proceso de depuración que pretende hacer civil la vida pública en el país, y también pretende acabar
con el asalto a los puntos neurálgicos del Estado por parte de un grupo de oficiales así como poner fin al asalto de
un aparato que desde 1990 (es decir, de la llegada de Taufiq a su cargo) ha gobernado fuera de los marcos de
legalidad del Estado al margen de cualquier control o institución. La serie de cambios que se están realizando en los
aparatos de seguridad querrían acabar con una serie de nombres que suponen una carga para el Estado. Shushán
confirma que el mando del Estado Mayor fue el que presionó a Butefliqa para que destituyera a Taufiq, y dice que
ese mando, dirigido por el general Qaid Saleh, es el que está ejecutando la operación de cambios al margen de
Butefliqa en el marco de un acuerdo secreto entre alas del poder que fue firmado en Val de Grace, la localidad
francesa en la que el presidente se recuperó de una embolia cerebral, y en virtud de cada ala realiza su misión para
pasar página a la I República.

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Viñeta de Ali Dilem 

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