Al Mudun, 21/05/2017

 

La cumbre arabo-islámica-estadounidense de Riad fue clausurada el viernes con un comunicado que anuncia las intenciones de fundar la “Alianza Estratégica de Oriente Próximo”. El proceso de creación de este bloque y el anuncio los Estados que formarán parte de él tendrán lugar en 2018.

 

Según el texto de la Declaración de Riad (nombre que recibe el comunicado de clausura de la cumbre), esta alianza que será oficialmente anunciada el año que viene desde la capital saudí, aspira a “conseguir la paz y la seguridad en la región y en el mundo”. El texto aplaude la disposición de varios países islámicos que forman parte de la Alianza Islámica Militar Antiterrorista a facilitar tropas de reserva (34.000 soldados) que apoyen las operaciones contra organizaciones terroristas en Iraq y Siria cuando sea necesario.

 

El comunicado también anuncia la creación de un centro internacional “para hacer frente al pensamiento extremista” que también tendrá sede en Riad y cuyo objetivo estratégico será “combatir el extremismo ideológico, mediático y digital, y reforzar la convivencia y la tolerancia entre los pueblos”.

 

Según el texto, la cumbre de Riad a la que asistieron líderes y representantes de más de 55 Estados árabes e islámicos, además del presidente de EE.UU., representa “un punto de inflexión histórico en la relación de los mundos árabe e islámico con Estados Unidos, que abrirá mejores horizontes para la relación bilateral” (…) El comunicado también insistió en “la importancia de asentar planes claros para traza el futuro de los jóvenes construyendo sus competencias, reforzando su ciudadanía, ofreciéndoles oportunidades, reduciendo los obstáculos que les impiden participar en el desarrollo, garantizando la seguridad y la paz en sus países, promocionándoles, fortaleciendo en ellos valores y protegiéndoles  del extremismo y del terrorismo”.

 

El comunicado dedica un párrafo a expresar un “rechazo total a que el régimen iraní agite la seguridad y la estabilidad de la zona y del mundo, y apoye el terrorismo y el extremismo”. Los líderes firmantes condenaron “las posturas hostiles del régimen iraní y su insistencia en seguir entrometiéndose en los asuntos internos de varios países”.

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