gobierno1-800x478

Foto del nuevo ejecutivo marroquí

Alif Post, 07/04/2017

Por fin se ha formado el gobierno marroquí bajo la presidencia de Saadedín al Ozmani. Los análisis se centraron en el poder que ejerce el Majzen sobre el gobierno y en la postración del Partido Justicia y Desarrollo al Majzen. Pero, al margen de esa ecuación política, ¿conseguirá el gobierno (ya sea con sus ministros que dicen pertenecer al pueblo o con los discípulos del Estado) reducir las deudas, defender la dignidad de las marroquíes y salvaguardar la unidad territorial del país.

Finalizó el gobierno de Abdelilá Benkirán con uno de los peores resultados (a nivel económico y social) de la historia de Marruecos desde la independencia. Esos resultados son ajenos a la opinión pública porque los políticos y los medios de comunicación enfocan todo el interés en cuestiones periféricas. Hay que reconocer que el gobierno de Benkirán no asume solo la responsabilidad, sino que la comparte con los males acumulados por los gobiernos anteriores; con todas las instituciones del Estado (desde el Palacio hasta la institución más pequeña) e incluso con el pueblo.

El gobierno de Benkirán trajo consigo la cifra más alta de la historia de la deuda en Marruecos: 83% del producto nacional bruto. El tratamiento de esta deuda, ya sea mediante pagos o intereses, asemeja la situación actual de Marruecos a lo que vivió tras la Batalla de Tetuán de 1860, que lo sumergió en una cadena de deudas que conllevaron al desmantelamiento y a la consiguiente ocupación. La deuda actual no podrá amortizarse en décadas, precisamente, porque no se invirtió en el desarrollo del país para garantizar rendimientos. ¿Conseguirá el gobierno de Ozmani en medio de las divisiones en los partidos y en el Majzen reducir esas deudas? Operación imposible.

Por lo que respecta a las deudas y a la situación social, la crisis económica que vive Marruecos ha desembocado en fenómenos extremadamente negativos, como la incesante emigración. Los marroquíes compiten con los sirios (pese a las diferentes situaciones que viven los dos países) en la petición de asilo político en destinos como Alemania o Austria. Asimismo, hay fenómenos que entristecen bastante y me refiero a la asociación de una parte de la migración con la prostitución en los países del Golfo y en Europa. Y aunque todavía sea insignificante en cuanto a números, debemos decir que ha aumentado considerablemente. La prostitución en el extranjero es un tema que requiere valor político y popular para hablar de él y tratarlo, después de esa peligrosa expansión.

En relación con la situación social todavía, Marruecos vivió uno de los crímenes más crueles de su historia. Se trata de dejar a cientos de miles de niños sin escolarización. El Estado Marroquí reconoció el mes pasado que hay 650 mil niños sin escolarización. Esto hace que Marruecos compita con países como Somalia y estamos hablando de la segunda década del siglo XXI. Hubo un descenso en el acceso a la educación primaria y también a la universidad, a pesar de ser la educación el pilar de todo avance. La persistencia del analfabetismo tiene lugar en un mundo en el que todo se traduce en números, lo que condena a una parte de los marroquíes al eterno analfabetismo.

El porcentaje que han empezado a ocupar las drogas en la economía nacional ha sorprendido a la opinión pública; ya que oscila entre el 8% (según las estimaciones locales) y el 23% (según estimaciones estadounidenses). En la actualidad, en ningún otro país del mundo las drogas ocupan un porcentaje tan elevado en la economía. A raíz de ello, se plantearon cuestiones sobre las fuentes de la economía nacional después de que las cifras de drogas hayan superado a las de fosfato en el país. Eso se acrecentó bajo un gobierno islámico, el de Benkirán, quien probablemente sea salvado por no tener competencias en el poder ejecutivo, que queda en manos del Majzen. ¿Conseguirá el gobierno actual, liderado por Ozmani, rescatar Marruecos del predominio de las drogas o se consolidará el carácter del «país de las drogas» en el futuro?

Al igual que los Estados corruptos y aunque el país esté hundido en deudas externas, algunos inversores marroquíes lograron incrementar sus cuentas bancarias y garantizarse un asiento cómodo en la revista Forbes. Eso solo lo pueden justificar el oligopolio y la corrupción económica que caracterizan al país.

En los últimos años, y a pesar de los lemas que repetían los líderes, la unidad nacional se enfrentó a duros golpes. Los dirigentes del gobierno anterior, entre ellos el ex presidente del gobierno (Benkirán), evitaron la mención del expediente de Ceuta y Melilla como si se tratara de un tabú. Y todo eso con la excusa del pragmatismo, es decir, ganarse a España del lado de Marruecos en la cuestión del Sáhara. Mientras tanto, en las fronteras de Ceuta y Melilla se humilla la dignidad de las mujeres marroquíes por culpa del tráfico ilegal sin que eso conmueva la conciencia de aquellos que acumulan dinero en sus cuentas. En cuanto al Sáhara, el Polisario se apoderó de la zona de Guerguerat, al igual que ocupa aproximadamente el 25% del Sáhara Occidental, y Mauritania se quedó con toda la zona de la Güera. Con esto se hace legendario el lema «Desde Tánger hasta la Güera» en un momento en el que los instrumentos nacionales están divididos y ninguno de ellos es capaz de mencionar la Güera o Ceuta y Melilla.

Los problemas mencionados existían con anterioridad, al igual que en otros países, pero estaban controlados. Sin embargo, en los últimos años aumentaron de forma extraordinaria, lo mismo que el endeudamiento marroquí. Y si dejamos de lado el lenguaje de la oposición, los informes publicados por instituciones internacionales, de las que Marruecos es un miembro activo, son los que juzgan la persistencia de la corrupción en Marruecos, su constancia en ocupar un deshonroso puesto entre los países más retrasados en el desarrollo humano, su persistencia en encabezar la lista mundial en la producción del cannabis indica (el hachís). Y basta encuestar a los marroquíes sobre la situación actual para demostrarlo. Efectivamente, Marruecos ha empezado a alcanzar la primacía, pero en todo lo negativo.

De acuerdo con los pronósticos, todos los agentes de la nación (sobre todo el Estado y el pueblo) preocupados por la sociedad deberían estudiar lo que sucedió en los últimos diez años y evitar que se vuelva a repetir. Marruecos está viviendo un divorcio entre las instituciones y el pueblo, y es testigo de la cobardía de la clase intelectual. Ese es el origen de la situación actual, que se agravará en el futuro.

Al margen de los titulares superficiales de algunos políticos y periodistas —como el control que ejerce el Majzen sobre el gobierno, la venganza de Ozmani por parte de los aliados de Benkirán o la ebullición dentro de la Unión Socialista— lo esencial es preguntarse si el gobierno actual (incluido el pueblo) será capaz de lo siguiente:

  • ¿Conseguirán todos los agentes de la nación aplicar el lema «Desde Tánger hasta Lagüira» y evocar Ceuta y Melilla?
  • ¿Conseguirá la nación marroquí desarrollar su economía y levantar las sospechas del apoderamiento de las drogas de una parte de la economía nacional?
  • ¿Conseguirán todos los agentes de la nación alcanzar una verdadera unión (que no se base en las abrumadoras diferencias sociales) para hacer frente a las deudas interiores y exteriores; construir un nuevo futuro después de haber condenado al analfabetismo a la generación del futuro? (Eso lo demuestra la existencia de 650 mil niños sin escolarización). ¿Acaso hay un crimen mayor que este? No olviden que sus pares, los niños marroquíes a los que el Estado no garantizó unas dignas condiciones de vida, están ahora en las capitales europeas (adictos a las drogas y presa fácil de distintos intereses, sobre todo sexuales). Leed las noticias sobre el tema.

Lejos de cuestiones periféricas, como el preguntarnos si el ganador es el Majzen o el Partido Justicia y Desarrollo, lo esencial (ya sea lo que interesa al pueblo o lo que se reserva para la historia) es: ¿habrá un levantamiento colectivo para prevenir ese empeoramiento que se programa delante de los ojos de todos?

 

Traducido del árabe por Eman Mhanna en el marco de un programa de colaboración de la Facultad de Traducción e Interpretación de la Universidad de Granada y la Fundación Al Fanar.

 

Entradas recomendadas

Aún no hay comentarios, ¡añada su voz abajo!


Añadir un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *