Naser al Yaafari_Al Gad_atentados

Rai al Yaum, 22/06/2016

Elementos del Estado Islámico (Daesh) han ejecutado dos atentados en territorio jordano en menos de dos semanas. El primero lo perpetró con un coche bomba en el triángulo formado por las fronteras de Siria, Iraq y Jordania; el segundo fue un ataque contra un despacho de los servicios secretos jordanos en un campamento palestino. Ambas acciones confirmarían que el EI ha decidido declararle la guerra a Jordania de un modo o de otro, lo que exige tomar medidas cautelares.

El monarca jordano se apresuró a responder a los ataques afirmando que su país golpeará “con mano de hierro” a quienes ataquen, o lo intenten o toquen la seguridad de Jordania lo que refleja hasta qué punto está concienciado personalmente, también las autoridades jordanas, de la dimensión del peligro y de las consecuencias que puede tener para la seguridad y estabilidad del país, al menos a medio plazo.

El denominador común de los dos atentados, que no han sido reivindicados por el Estado Islámico al menos hasta la escritura de este artículo, puede resumirse en los siguientes puntos:

Primero: Los dos objetivos han sido posiciones militares jordanas (…) lo que indica un intento de “neutralizar” los objetivos civiles, centrándose en los militares.

Segundo: el último ataque se produjo cerca de un campamento dentro de territorio sirio, cerca de la frontera jordana, en el que se concentran 60.000 refugiados que tenían prohibida la entrada en el reino que sospechaba de la presencia en ellos de unos 2.000 elementos del Estado Islámico. El ataque anterior se produjo cerca de un campamento de refugiados palestinos en un intento de meter el tema de los refugiados, y sean palestinos o sirios, en el conflicto entre el Estado Islámico y las autoridades jordanas (…).

Tercero: el momento en el que se han producido los dos atentados, es decir, en el mes santo de Ramadán, lo que implica un sentido religiosos islámico que coindice con el paso de dos años de la declaración del califato en el púlpito de la gran mezquita de Mosul por parte del “califa”, Abu Bakr al Bagdad, líder del Estado Islámico.

Lo que inquieta a las autoridades jordanas, en nuestra opinión, es el empleo de coches bomba en el último ataque que se perpetró la madrugada del miércoles y que dejó 8 soldados muertos y 14 heridos; es la primera vez que se emplea ese tipo de vehículos en un atentado en Jordania (…).

La expansión del Estado Islámico en el centro y la periferia de Jordania puede ser la evolución más peligrosa para el reino que participa eficazmente en la coalición internacional de 60 Estados que dirige EE. UU. y que combate a la organización en Siria e Iraq; Además Jordania envía tropas especiales con esa misma misión a Libia y Somalia y a otros lugares “no anunciados” hasta la fecha que podrían ser Yemen o Sinaí, entre otros.

(…). La guerra entre Jordania y el Estado Islámico (…) exigirá que el frente interno esté unido, es decir, que toda la gama de colores políticos respalde al gobierno, incluidos los Hermanos Musulmanes, que no tienen buena sintonía con el Estado. Además Jordania vive una coyuntura económica difícil por la “ingratitud” de sus vecinos del Golfo, especialmente de Arabia Saudí, que ha obligado al nuevo gabinete jordano a subir en gran medida los precios de los productos de primera necesidad durante el mes de ramadán, lo que ha hecho que aumenten las quejas, que ya eran muchas, y cada vez son más las voces en el país que piden que se abra a los refugiados sirios la frontera de Jordania con Arabia Saudí para que entren allí como hizo Turquía cuando abrió su frontera con Europa a los refugiados.

(…)

Viñeta de Naser al Yaafari para el diario jordano Al Gad

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