Naser al Yaafari_Al Gad

Al Quds al Arabi, 19/09/2016

Hay mucho miedo a que las elecciones legislativas jordanas, cuya celebración está prevista mañana martes, repitan el escenario del año 2007 en el que el proceso democrático sufrió una conocida derrota dirigida a apartar a los Hermanos Musulmanes de los escaños del Parlamento.

Desde entonces debajo del puente de la política jordana han corrido muchas aguas y se han producido enormes cambios en la escena árabe que han puesto al reino en una coyuntura muy peligrosa. Salvaguardar las instituciones de gobierno del país, dentro de los equilibrios políticos necesarios para evitar que el fuego que ardía en la región alcanzase al país, ha sido todo un logro.

Esto no significa que el efecto de la congestión local y regional y sus peligros hayan desaparecido, ni que sea infinita la capacidad de las instituciones jordanas para sujetar el palo por la mitad y crear equilibrios complejos ente las partes políticas y militares en lucha en la región.

La inmunización de Jordania y de sus instituciones (…) requiere algo más que la capacidad de conseguir equilibrios entre las partes regionales e internacionales. Muchas señales, especialmente las que envía la institución monárquica jordana, indican que hay que hacer una revisión más valiente de cuestiones internas vinculadas a cuestiones exteriores; pese a las reticencias de algunos círculos de gobierno y de la oposición (nacionalista y de izquierdas), es necesario hacer participar a la corriente islamista moderada (que representan los Hermanos Musulmanes) en la lucha contra los peligros que asedian al país, y tal vez los próximos comicios sean un preámbulo para frenar las tentativas de exclusión y marginación de esta corriente política equilibrada.

(…)

La mejor manera de sacar a Jordania y a la zona árabe del peligroso punto muerto en el que se encuentran, como consecuencia del fracaso de los Estados nacionales modernos y de los mecanismos terroríficos de represión creados por esos Estados y que dieron lugar a organizaciones extremistas y al terrorismo, es la adopción de regímenes democráticos que no aparten a ninguna corriente política que acepte participar en el proceso electoral. Esa es la verdadera garantía para impedir esas graves polarizaciones políticas que han golpeado Iraq, Yemen, Siria y Libia, la garantía para conseguir sociedades igualitarias y justas que respeten a sus ciudadanos y permitan a sus elites y pueblos competir en la batalla por la civilización, para conseguir sistemas equitativos a nivel social, económico y político.

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Viñeta de Naser al Yaafari para el diario Al Gad

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