Más de 70.000 refugiados se hacinan del lado sirio de la frontera con Turquía en unas condiciones extremadamente difíciles debido a la falta de ayudas, al frío y a que las autoridades turcas les han cerrado en las narices la frontera y los pasos fronterizos por no poder asimilar más refugiados, que en su territorio son más de 2,5 millones. El último flujo ha sido provocado por la intensidad de los bombardeos rusos sobre posiciones de la oposición armada y el avance de las tropas del ejército sirio sobre el terreno que ya se ha hecho con el control de poblaciones y ciudades estratégicas de los alrededores del norte de Alepo (…). Damasco planearía controlar veinte kilómetros de pasos fronterizos turcos para impedir que llegue la ayuda logística a la oposición y a las facciones. (…)
Los temores turcos pueden resumirse en los siguientes puntos:
-Ankara está inquieta ante planes occidentales, que vieron la luz en la conferencia de donantes de Londres, de nacionalizar a esos refugiados dándoles empleo y educación de cara a prepararles para el mercado laboral como sucedió con los refugiados palestinos.
-Europa ha cerrado sus puertas a los refugiados sirios y responsabiliza a las autoridades turcas de su éxodo y su seguridad. Los países de la UE han llegado a un acuerdo con Ankara para impedir la llegada de refugiados a cambio 3.000 millones de dólares y de que los ciudadanos turcos puedan entrar en Europa sin visado.
-Las autoridades turcas tienen miedo de la llegada de elementos terroristas del Estado Islámico (Daesh) o de organizaciones kurdas, o incluso de miembros de la inteligencia siria (…)
-Las esperanzas turcas de que el régimen sirio colapse se han desvanecido. EE. UU. está dispuesto a cooperar con Al Asad en la lucha contra el Estado Islámico lo que significa que ha dado la espalda al gobierno de Ankara (…).
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Viñeta de Saad Hayu
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