Salah Badis, 10/03/2015

Raseef 22

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En varias provincias argelinas se están produciendo protestas continuas en solidaridad con la movilización pacífica de la ciudad de Ain Saleh (sur del país) que se mantiene desde finales de 2014 para exigir al gobierno que suspenda el proyecto de extracción de gas de pizarra bituminosa ubicado a pocos kilómetros de la ciudad.

A finales de 2014 el gobierno argelino comenzó a ejecutar un plan de explotación de gas de pizarra bituminosa como nueva fuente de energía alternativa al petróleo para cubrir el déficit de la balanza comercial y la hacienda pública. Pero esta energía, incluida en los programas mundiales como futurible y sostenible, es muy polémica porque no hay una técnica que permita que el gas sea extraído sin contaminar el medio ambiente. La extracción de gas de pizarra bituminosa requiere bombear productos químicos en el subsuelo con abundantes cantidades de agua que se filtran en las capas bajas del terreno y desde ahí a las aguas subterráneas contaminando los recursos hídricos. Por esa y otras razones hay una oposición mundial a la extracción del gas de pizarra bituminosa movida por organizaciones medioambientales.

Las intenciones del gobierno argelino a este respecto no fueron claras (siguen sin serlo), pero cuando los vecinos de la ciudad de Ain Saleh (a 1.450 km de la capital) descubrieron que las obras habían empezado a menos de 20 kilómetros de su pequeña ciudad en el centro del desierto, salieron a manifestarse a la «plaza de la resistencia». Hace más de dos meses que la pequeña sociedad conservadora de Ain Saleh se manifiesta sorprendiendo a los argelinos, especialmente a los del norte del país donde hay muchos tópicos sobre la población del desierto, como el de su bondad rayana en la ingenuidad. En Ain Saleh, donde las condiciones de vida son muy precarias, ha surgido una gran conciencia colectiva y una movilización civilizada coherente. Los manifestantes se negaron recibir a los responsables, pidieron que hablara el propio presidente para suspender las operaciones de «exploración» y se negaron a que el tema fuera politizado.

Las redes sociales, especialmente Facebook, han desempeñado un papel muy importante en este tema contribuyendo junto a los canales privados por satélite creados recientemente en Argelia, a romper el monopolio de la información. Se han colgado muchas páginas de apoyo a las movilizaciones de Ain Saleh, además de páginas que cuelgan imágenes y noticias actualizadas o informan de las convocatorias de manifestaciones.

Con el inicio de las protestas reapareció el famoso dibujo del tuareg sobre una frase que dice: «No al gas de pizarra bituminosa». El dibujo, símbolo durante décadas del rally Dakar o de safaris al desierto, se ha convertido hoy en el lema oficial del proyecto de gas de pizarra bituminosa: un hombre tuareg con una máscara antigás.

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El MousTach, un artista gráfico argelino, diseñó imágenes a partir del logo de la empresa argelina Sonatrach, una de las mayores compañías de combustible de África y un símbolo de la economía del país durante décadas ante de los escándalos y los casos de malversación de fondos. El logo de la empresa aparece en tres imágenes: la primera en un mosaico con mini cabezas con máscaras antigás (imagen principal), la segunda es la del exministro, Shakib Jalil, tomando una bebida energética de color naranja (energy drink) junto al lema de Sonatrach y la frase «Chupa y escapa», en alusión a la malversación de fondos y a las causas internacionales que tiene abiertas. La tercera, que es la imagen más fuerte, es una bandera nazi en la que la esvástica ha sido sustituida por el lema de la empresa argelina.

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Por las redes sociales también se han visto imágenes creadas a partir de la famosa foto histórica de los seis fundadores del Frente de Liberación Nacional (FLN) en 1954. En una de ellas los fundadores aparecen con máscaras antigás y con el lema «No al gas de pizarra bituminosa». La imagen recuerda que el monopolio de la historia y sus símbolos por el poder ya no es posible desde hace años y que esos símbolos ya son «propiedad pública».

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De Yaser Aamer, artista plástico de la ciudad de Mostaganem, al oeste de la capital, y creador del proyecto «el hombre amarillo», un personaje de ficción que representa la decadencia del hombre argelino en la rutina de la contradictoria vida diaria, son las imágenes en las que aparecen sus hombres amarillos con máscaras antigás y con los lemas «Nosotros/ellos/vosotros» o «Soy Ain Saleh».

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La contribución artística a las protestas no se ha limitado a lo visual. El 3ou, un músico experimental, colgó dos piezas musicales en su cuenta en SoundCloud. La primera es una mezcla de canciones del desierto y una grabación viva de las protestas, y la segunda es un poema del poeta vernáculo, Abdul Mayid Aarab, con un fondo musical suyo.

Un vistazo rápido a las páginas y cuentas argelinas de las redes sociales nos indica que desde las últimas elecciones presidenciales del 17 de abril de 2014 ha nacido un «quinto poder» en Argelia. Los jóvenes argelinos se mueven de un modo nunca visto en los medios de comunicación social burlándose de la política y el despotismo con imágenes y vídeo-montajes. Este movimiento, que todavía está en sus primeras fases, produce nuevas expresiones artísticas cada vez que en el país hay un nuevo acontecimiento que emplean símbolos, clichés y las grandes epopeyas del pueblo argelino para ironizar sobre lo que sucede y recomponerlo o darle una nueva lectura que va más allá de la dualidad arte-política.

 

 

 

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