Ahmad Abu Husein
Algunos intelectuales y expertos imaginan que Abdelfattah al Sisi es el camino hacia un Estado civil moderno, ignorando que es un militar y sus tendencias religiosas. Lo primero ha sido ignorado completamente, porque Egipto, como aquí se sabe, siempre tiene necesidad de un hombre de bagaje militar. Y sus tendencias religiosas son vistas como un islam moderno y aperturista que sentará la primera de las bases del Estado civil moderno, lejos del islamismo de los Hermanos Musulmanes y los salafistas. La lucha de los Hermanos Musulmanes con Al Sisi y el poder militar ha contribuido a consolidar esta imagen falsa que tienen tanto sus partidarios como sus opositores. Los partidarios de Al Sisi no se oponen a la idea de que el hombre quiera un Estado no islámico siempre que sea un Estado conservador lejos de los Hermanos Musulmanes y de su vía. Pero como no leen, y si leen no entienden, ignoran todos los indicadores que dejan claras cuáles son las ideas de Al Sisi y del régimen militar en general.
Hablamos ahora de este tema tras la sentencia contra el novelista Ahmed Nayi, aunque las señales y los conceptos del Estado religioso están asentados en la cabeza de Al Sisi desde hace años, por no decir décadas.
Cuando el mariscal Abdelfattah al Sisi se presentó ante el pueblo egipcio y árabe como candidato a la presidencia en las pantallas del canal Sky News (árabe) fue muy claro. (…). Fue sincero desde el principio: él cree que su papel presidencial no está completamente separado de su papel religioso ni de su oposición a los Hermanos, no porque estos mezclen religión y Estado, sino porque mezclan sus ideas religiosas con el Estado. Lo que él quiere es teñir el Estado con la religiosidad de Al Sisi. Y esa religiosidad es la misma que vemos en la institución militar. Por ejemplo, existe la creencia directa de que los soldados egipcios son los ayudantes de Dios y de ahí “los mejores soldados de la tierra”. Y también está el tinte paternalista autoritario “con su particularidad moral y educativa” aunque todos sabemos el maltrato, a veces obsceno, al que son sometidos los soldados en los cuarteles. Ese tinte conservador considera que el papel del musulmán es esencial en la sociedad. (…).
El discurso de Al Sisi sobre la modernización de la religión, etcétera, no son las semillas del laicismo, como dicen los Hermanos Musulmanes y no solo ellos. La verdad es que hace desde su punto de vista lo que hacía Hasán al Banna desde el punto de vista de aquellos. Quiere un islam conservador al modo de las Fuerzas Armadas, mezclado con el concepto personal del islam que tiene Al Sisi y con la influencia que sobre él tiene Ali Gumoa, el muftí de la República. (…)
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Viñeta de Doaa Eladl
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