Libia_gobierno_unidad_SH_02.04.2016

Análisis de Doha Institute

Al Arabi al Yadid, 02/06/2016

EE. UU. y Libia están celebrado un “diálogo intensivo” que puede terminar en un acuerdo con el gobierno de unidad libio que podría permitir el despliegue de “asesores militares” estadounidenses para ayudar a frenar al Estado Islámico (Daesh) en Libia, según el jefe del Estado Mayor conjunto, el general estadounidense Joseph Dunford quien hizo unas declaraciones al término de una reunión de la OTAN en las que también dijo que miembros de la alianza habían manifestado interés por participar en cualquier misión “a largo plazo” en el país.

Estas declaraciones reflejan la intención de EE. UU. y Europa de llevar a cabo en Libia una intervención mayor que la de 2011, y se producen coincidiendo con la revelación de fuerzas especiales estadounidenses y europeas que están llevando a cabo labores de reconocimiento, de entrenamiento y de armamento además de ofrecer servicios logísticos a las tropas locales del gobierno de unidad libio, pese a que Obama sigue considerando la intervención de 2011 el mayor error de su mandato presidencial.

EE. UU. y sus aliados europeos temen que el Estado Islámico (Daesh) convierta Libia en una gran base para sus actividades tras una posible derrota en Siria e Iraq. Según informes euro-estadounidenses, la organización estaría usando la lucha tribal, regional y política en Libia entre tres gobiernos que compiten por sus intereses, y el caos y la debilidad del poder central representan un ambiente adecuado para la expansión del Daesh como sucedió previamente en Siria, Iraq y Yemen (…). Occidente está cada vez más obsesionado por las tentativas de la organización para controlar los yacimiento de petróleo del país y la ciudad de Aydabia. Según informes occidentales, el Daesh cuenta a día de hoy con 8.000 combatientes concentrados en la ciudad de Sirte, localidad natal de Gaddafi, aprovechando el tribalismo del lugar y que fuera marginado de las disposiciones políticas posteriores a la revolución de 2011.

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Actualmente se habla del envío a Libia de “asesores militares” (grupos de fuerzas especiales reales) de EE. UU., Gran Bretaña e Italia y posiblemente Francia (aunque ya hay asesores franceses respaldando a Haftar). La intervención en Libia será menor que en Iraq y Siria. En Iraq hay en estos momentos sobre el terreno 5.000 soldados estadounidenses (que Washington llama asesores militares) además del apoyo aéreo que EE. UU. presta al gobierno iraquí y a los kurdos. Y en el caso de Siria, EE. UU. participa en los bombardeos aéreos diarios dentro de la coalición, y acaba de ampliar el círculo de sus operaciones especiales allí. En Libia, hay dos equipos de fuerzas especiales estadounidenses con una media de 25 soldados por equipo que se concentran desde 2015 alrededor de Misrata y Bengazi, y están intentando definir quiénes son posibles aliados dentro de las facciones libias armadas en cualquier próxima guerra con el Daesh, además de recopilar datos de inteligencia.

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El pasado 16 de mayo, 25 Estados y organismos internacionales manifestaron su disposición a responder a la petición del gobierno de unidad libio y hacer una excepción a la prohibición de suministrar armas a Libia impuesta por la ONU desde 2011. Entre los frentes que firmaron el comunicado final del encuentro están los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad, la UE, la Liga Árabe y la Unión Africana.

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Podemos hablar de cinco obstáculos ante el éxito de una posible intervención internacional en Libia. El primero y más importantes es la falta de un consenso nacional libio sobre cuál es el gobierno legítimo, y pese al reconocimiento y apoyo internacional del gobierno de Sarrach, este tiene grandes dificultades para conseguir el mismo reconocimiento por parte de las fuerzas libias (…). Otros obstáculos son la indecisión de Italia que pone muchas condiciones a una intervención (entre ellas el consenso libio sobre un gobierno legítimo y apoyo internacional en forma de resolución del Consejo de Seguridad de la ONU) y la falta de una infraestructura militar para los aviones estadounidenses en la zona debido a que Túnez y Argelia se niegan a que aviones estadounidenses de reconocimiento y combate despeguen de su territorio.

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Viñeta de Amyad Rasmi para Al Sharq al Awsat

 

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