Fahd al Bahadi

Jáled Fahmi

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Nuestro problema en Egipto es que la mentalidad securitaria no tiene quien la frene. Si se menciona la “Seguridad Nacional” es para indicar que la conversación ha terminado y no para activar un diálogo. Las voces que hablan de la necesidad de defender la libertad académica y la libertad de investigación científica son escasas, pero muy fuertes y valientes, y entre ellas está el Movimiento del 9 de Marzo, un grupo de trabajo por la libertad de la Universidad, la Asociación por la Libertad de Pensamiento y Expresión (AFTE) y la Iniciativa Egipcia por los Derechos Personales (EIPR). La consecuencia de que sean imperceptibles las voces que defienden la libertad académica es que la investigación científica en Egipto está controlada por los aparatos de seguridad. Investigar en documentos históricos en el Archivo Nacional exige un permiso de la seguridad que hay que esperar durante tres meses o más (…). Y si uno quiere hacer una investigación de campo, por ejemplo una encuesta, debe obtener el visto bueno de la Agencia Central de Movilización Pública y Estadísticas (CAPMAS) (…).

La investigación científica en Egipto no tiene dueño y a los investigadores siempre se les amenaza con la retirada de sus permisos, con ser detenidos y con cosas peores.

(…)

No sabemos la verdad de lo que le sucedió a Regeni, solo que fue torturado de forma bestial, que fue torturado como los egipcios son torturados, como dijo su madre. Posiblemente nunca sepamos quién le torturó y le mató de ese modo horrible. Lo que sí sabemos es que estamos viviendo el peor momento de nuestra historia moderna, que nuestros derechos, libertad, nuestra propia vida, están amenazados todo el tiempo por nuestro gobierno. Lo que sabemos es que nuestro gobierno, en nombre de la Defensa y la Seguridad Nacional, atacó el recinto universitario y asesinó a estudiantes dentro, que no fuera, de la universidad por manifestarse. Lo que sabemos es que nuestro gobierno, en nombre de la Defensa y la Seguridad Nacional, ha cerrado el espacio público, ha confiscado la labor política, ha impedido a la gente que se exprese en manifestaciones pacíficas, salvo en el caso de salir a apoyar a Al Sisi para que haga lo que le dé la gana. Lo que sabemos es que nuestro gobierno, en nombre de la Defensa y la Seguridad Nacional, está luchando contra las organizaciones de la sociedad civil, acusando a sus trabajadores de ser agentes, traidores, de vivir del dinero extranjero, pese a que el propio gobierno y más concretamente el Ejército, es el mayor beneficiario de la financiación exterior, sobre la que nadie sabe nada ni nadie puede preguntar. Lo que sabemos es que nuestro gobierno, en nombre de la Defensa y la Seguridad Nacional, ha detenido a decenas de miles de miembros de los grupos islamistas a los que ha condenado a muerte en tribunales que han durado apenas unos minutos, tribunales que han sido un golpe a la transparencia de la justicia y a la confianza de los egipcios en ella. Lo que sabemos es que nuestro gobierno, en nombre de la Defensa y la Seguridad Nacional, ha detenido a centenares de periodistas, escritores, activistas y políticos, a los que ha condenado a muchos años de cárcel. Lo que sabemos es que nuestro gobierno, en nombre de la Defensa y la Seguridad Nacional, ha violado la Constitución al ceder la soberanía de las dos islas, Tirán y Sanafir, sin que el tema haya sido debatido en el Parlamento o consultado en referéndum al pueblo, que es el dueño del país, el dueño original de la soberanía.

Si necesita una traducción de este artículo, puede solicitarla en el siguiente correo electrónico: contacto@fundacionalfanar.org

Pueden consultar más de 170.000 artículos de prensa árabe en español en el Fondo documental Al Fanar

Caricatura de Fahd al Bahadi para Al Arabi al Yadid

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