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Alifpost, 08/05/2016

Últimamente la cuestión del Sáhara ha adquirido una dimensión  mediática internacional, lo que ha hecho que muchos diputados de parlamentos europeos y latinoamericanos hicieran propuestas a favor del Polisario y en contra de los intereses de Marruecos, especialmente a la luz de la débil reacción del Estado marroquí.

En paralelo a la tensión entre Marruecos y las Naciones Unidas acerca del conflicto del Sáhara, en parlamentos como el de Suecia o el de Holanda diputados simpatizantes con las tesis del Frente Polisario han hecho varias propuestas, tales como las relacionadas con temas como las restricciones impuestas  los productos agrícolas y pesqueros provenientes del Sáhara Occidental para evitar su posterior venta en los mercados europeos. Otra de las propuestas va destinada a aumentar la representación diplomática del Frente Polisario y a reconocer el Estado que él mismo declaró, o a defender el regreso de las fuerzas de la MINURSO al Sáhara que fueron expulsadas por Marruecos. En otros parlamentos como el alemán se producirán debates similares en las próximas semanas.

Tras cada escándalo, el Sáhara se convierte en foco de atención de los medios de comunicación internacionales a través de los militantes de derechos humanos y los simpatizantes del Polisario que apoyan la autodeterminación que no son solo ya los de políticos izquierdas sino también liberales y políticos de derechas como es el caso de los parlamentos del norte de Europa.

Esta atención de los medios hace que el conflicto se internacionalice más a nivel político y deje de ser  un tema secundario y desconocido en muchas zonas del mundo para tener cada vez más importancia y que se vayan formando las barricadas de uno y otro bando.

A raíz de los últimos acontecimientos, los intereses de Marruecos se han visto expuestos a un gran acoso, han sido cuestionados y criticados. Y la situación se ha magnificado debido a la ausencia de una diplomacia marroquí activa oficial o paralela. La diplomacia oficial ha demostrado la dificultad  de estar a la altura a nivel mundial tras las últimas crisis y las decepciones provenientes de potencias como Rusia o EE. UU. Y la diplomacia paralela en la sociedad civil, en el Parlamento y en los partidos políticos no ha conseguido avances significativos, y se queja de la falta de apoyo a sus acciones.

La diplomacia de los partidos políticos y de la sociedad civil demostró un papel efectivo durante la crisis con Suecia en los meses de septiembre y octubre de 2015, que hizo creer que esa diplomacia paralela estaba poniéndose en marcha, pero no fue así. Los marroquíes siguen lanzando críticas entre la suavidad y el reproche al hecho de que el Estado profundo se encargue en solitario de este expediente.

Entre las críticas planteadas en la arena política marroquí dentro y fuera del país, está la del fracaso en la defensa de la propuesta de autonomía ante la opinión pública, especialmente en los países europeos considerados «amigos» de Marrueco, y el fracaso a la hora de crear lobbies en influyentes capitales como Londres o Washington.

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