Said al Hach

Al Yazira, 19/09/2017

 

Tres son las cartas de presión de Ankara. En primer lugar está el expediente económico; Turquía se considera el “pulmón” con el que respira Kurdistán por los problemas de esta región con el gobierno central de Iraq, gracias a los intercambios comerciales terrestres y a los oleoductos que llevan el petróleo de esa región al exterior a través de territorio turco.

 

En segundo lugar están las relaciones políticas; Ankara mantiene con Erbil desde hace años unas excelentes relaciones que se aproximan a la alianza gracias al acuerdo que existe entre ambos frentes respecto al PKK y a las diferencias entre Erbil y Bagdad.

 

En tercer lugar está la fuerza militar, una baza con la que solo ha amenazada Ankara últimamente. Turquía siempre ha tenido presencia militar en el campamento de Bashiqa y a través de continuas operaciones aéreas contra los bastiones del PKK en las montañas de Qandil.

 

La negativa de Barzani a responder a las propuestas internacionales y la aproximación de la fecha del referéndum anunciado, han obligado a sacar cartas de presión implícitas como las maniobras militares que ha comenzado el ejército turco cerca de la frontera iraquí el 18 de septiembre, un mensaje muy claro por el momento y el lugar en el que se realizan.

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