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Varias razones hacen de este atentado un hito cualitativo de la complejidad del fenómeno del terrorismo, no solamente por el elevado número de muertos y heridos y la paralización de la ciudad de Bruselas durante un día entero, sino por la simbología de que haya sido atacada la capital de la Unión Europea. Además el atentado se produjo pocos días después de la detención de Salaheddín Salam, uno de los imputados en la planificación y ejecución de los atentados de París, desmontando el sentimiento de que esa detención cerraría el expediente de los ataques sangrientos en Francia. Por otra parte, la participación de dos ciudadanos rusos “blancos” en los últimos atentados rompe los clichés sobre los ejecutores de este tipo de ataques a los que se les presupone de origen magrebí o yihadistas entrenados en Iraq y Siria.
Y como de costumbre, algunos líderes mundiales recurrieron a hacer generalizaciones que ignoran siempre la complejidad y la profundidad del fenómeno. (…). Israel y Siria aprovecharon los atentados para dar consejos a Europa y pedir apoyo para sus gobiernos, que por otra parte son los responsables de una rebeldía y de un sufrimiento históricos que son una de las razones esenciales de la creación de ese terrorismo. Un suceso de la magnitud de los atentados de ayer eleva la “adrenalina” del mundo, hace que reine la tiranía del miedo, de los deseos locos de venganza, mezcla a justos y pecadores, no deja espacio para la reflexión, para cuestionarse cosas, para razonar, y no se hacen las preguntas difíciles, solo se dan respuestas que se limitan a echarle la culpa al otro.
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Los atentados de París y los de Bruselas llevan las huellas de quienes los han realizado y también de sus razones, pero también indican una problemática compleja en cuya elaboración ha participado el proceso de modernización globalizadora que ha sucedió a la era de las ocupaciones. Esa globalización hizo inevitable el tráfico de capitales, personas e ideas, permitiendo la intersección de los problemas de un capitalismo desarrollado, del racismo y la marginación (occidental), del totalitarismo, la represión y el salvajismo en otros países.
El mundo ha respondido al fenómeno del terrorismo extremando la seguridad, con cacheos, vallas y muros elevados que lo único que consiguen es fortalecer aún más el fenómeno.
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Viñeta de Latuff para Al Quds al Arabi
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