Jalil Abu Arafeh

Abdeluahab Badraján

Al Hayat, 16/06/2016

No habrá solución en breve en Siria, ni en Iraq ni en Líbano (…). Y sería un “milagro” sorpresa que surgiera el principio de una solución en Yemen, lo que solo ocurriría si los seguidores de Irán consiguieran concesiones que les permitieran luego recuperar las riendas de la iniciativa para devolver la crisis al punto cero. El denominador común entre esos seguidores es que no les importa ni la paz social, ni la estabilidad, ni el futuro de sus países como Estados y sociedades, y esa parece ser una de las normas o directrices de los mulás más peligrosas y deleznables: lo más importante es permanecer en el poder, hacerse con él por la fuerza (…).

La solución en Siria, según los iraníes, es la clave de la solución en Iraq y Líbano, e incluso en Yemen, aunque con alguna diferencia porque Teherán no ha podido terminar la “espectrometría” del enfrentamiento porque los yemeníes no están dispuestos a tragarse el veneno que ha inyectado en su sociedad. Cualquier solución basada en una Siria “unida” será una gran derrota para el proyecto iraní y sus ambiciones, aunque esa solución surja de unas negociaciones en las que Moscú está haciendo todo lo posible para vaciar el manifiesto de Ginebra y las resoluciones internacionales de cualquier contenido que haga referencia a una “transición política”. En una Siria unida, Irán no descansaría con un gobierno que no estuviera presidido por Al Asad; tampoco se quedaría tranquilo con una alternativa similar a Al Asad o con quienes están vinculados a Teherán y le han ofrecido lealtad y obediencia. Fuentes de la ONU han dicho que De Mistura habló con el negociador iraní de la hipótesis de que Al Asad desapareciera de la escena por alguna razón y preguntó cuál sería la postura de Irán en ese caso, a lo que el negociador respondió que esa hipótesis estaba completamente descartada y que no pensaban en ella.

En una Siria unida Irán tiene que enfrentarse a una realidad, a una verdad que no le interesa, porque no podría ignorar la composición demográfica del país, muy distinta de la que es en Iraq donde la chía iraní se ha tragado a la chía árabe y ha usado el hecho de que los kurdos prioricen la etnia sobre la religión (son musulmanes suníes), para marginar a los suníes y su arabidad (…). Aunque la experiencia “asadí” (alauí) proporcionó un modelo que convenía al mismo tiempo a Israel y a Irán, también a Rusia, fue catastrófica a nivel interno no solo para la mayoría suní sino también para todas las minorías confesionales y étnicas; y pese a la dureza del conflicto actual, muy pocos grupos de la oposición han caído en la obsesión sectaria, porque el problema no es la confesión de Al Asad sino su totalitarismo (…).

Si necesita una traducción de este artículo, puede solicitarla en el siguiente correo electrónico: contacto@fundacionalfanar.org

Pueden consultar más de 170.000 artículos de prensa árabe en español en el Fondo documental Al Fanar

Viñeta de Jalil Abu Arafeh

 

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