Arabi 21, 08/05/2016
Firas Abu Hilal
En cuanto fueron anunciados los primeros resultados que daban la victoria al candidato laborista Sadik Khan en la alcaldía de Londres la sociedad británica y la clase política y mediática se embarcaron en un debate profundo sobre esa victoria (…). En la otra parte del mundo, en el mundo árabe, hay otro debate entre árabes y musulmanes sobre esa victoria, basado en el hecho de que Khan sea musulmán y sobre los significados de que un musulmán ocupe ese cargo. Es normal que árabes y musulmanes se interesen por un hecho así por la religión a la que pertenece Sadik Khan, pero el principal problema del debate que se generó en las redes sociales e incluso en los medios de comunicación tradicionales árabes, es que hace una lectura de los significados de esa victoria electoral basada en “criterios” de la zona árabe, y no en los “criterios y valores” de la política interna británica, ignorando que el cargo para el que ha sido elegido Khan, es un cargo de gobierno local limitado a los medios de transporte, las carreteras, la limpieza y la vivienda social, y no un cargo político, como lo ven muchos expertos árabes, con capacidad para influir en la política exterior británica en las cuestiones que tienen que ver con los árabes y musulmanes.
La elección de Khan con un 45% de los votos, un porcentaje más alto que el de los musulmanes de Londres, significa que no ha sido elegido por su religión y que la mayoría de quienes le han votado ni son musulmanes ni se han centrado en ese hecho, mientras en las redes sociales árabes se mantenía un debate sobre si Khan es chií o suni, una pregunta que ni se les pasó por la cabeza a los votantes londinenses.
Los expertos árabes que analizan esta victoria se dividen en dos grupos: los que la consideran una gran victoria y una “conquista” islámica en Europa, y los que se preguntan qué importancia tiene y atacan y tachan a los que la celebran de “naif” porque ese hecho ni afectará ni servirá a los musulmanes (…).
La importancia de la victoria de Khan se limita a la política local británica y al clima político que viven los musulmanes en Occidente únicamente, y no tendrá ninguna repercusión fuera de ese marco, y por consiguiente, no tiene ningún sentido, ni conexión con la realidad, el debate sobre cómo afectará esa victoria a las causas exteriores de los musulmanes.
La victoria de Khan es una respuesta directa de los londinenses al fenómeno creciente de la islamofobia en Occidente, sobre todo tras aumentar la suerte electoral de la derecha en algunos Estados occidentales, y tras la elección semioficial del racista Donald Trum como candidato republicano a las presidenciales de EE. UU. La elección de Khan trae a los musulmanes en Occidente la esperanza de que el discurso racista y el ascenso de la derecha en algunos países no signifique que la islamofobia y la clase política que la adopta hayan logrado intimidar a la gente sobre los musulmanes y su sello extremista.
(…)
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