Iyyad al Yaafari

Al Mudun, 31/12/2017

 

¿Qué les espera a los sirios en 2018? La respuesta depende en gran medida de lo que quieran los estadounidenses en Siria, y de la naturaleza de sus interacciones con los rusos en ese país.

 

El primer escenario, aún posible según muchos expertos, sería la “afganización” de Siria, lo que quiere decir que los estadounidenses podrían ir lejos en su vía de desgaste de los rusos, los iraníes y su aliado Al Asad. Este escenario, descartado en los últimos dos años debido a que Daesh se convirtió en la prioridad estadounidense en Siria, ha regresado a un primer plano en los últimos días de 2017. Según los expertos, varias señales apuntan a este escenario, entre las que destaca el misil que derribó un avión del régimen sirio hace días en los alrededores de Hama, y que según medios oficiales rusos, era de fabricación estadounidense.

 

El segundo escenario es el de un entendimiento casi total entre rusos y estadounidenses para organizar la escena siria, o lo que queda de ella (…) Los entendimientos cuajaron en 2017 con el apoyo estadounidense al principio de zonas de baja escalada que evolucionó en la formación de una zona de baja escalada conjunta ruso-estadounidense en el sur de Siria, que contó con la participación de Jordania  y el visto bueno de Israel. A esto hay que añadir que Washington no ha manifestado una fuerte objeción a la permanencia de Al Asad tras ser habilitado por Moscú.

 

El tercer escenario para el 2018, y el más probable, es que los estadounidenses vayan lejos en su apoyo al ente kurdo en la Alta Mesopotamia, en consonancia con su negativa a que Moscú trace en solitario y a su capricho el fin del conflicto sirio. Señales de este escenario se han visto en declaraciones de responsables estadounidenses entre las que destacan las del ministro de Defensa de EE.UU. sobre el aumento de la presencia civil estadounidense (expertos y diplomáticos) con el fin de construir la Alta Mesopotamia y evitar el regreso de Daesh.

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