Abdel Yalil Maali
Al Arab, 19/04/2017
Las declaraciones del vicepresidente de Iraq, Iyad Alaui (según las cuales “Daesh y Al Qaeda estarían celebrando conversaciones; representantes de Abu Bakr al Bagdadi, líder del Estado Islámico, y de Aiman al Dauahiri, líder de Al Qaeda, estarían dialogando”) son dignas de tener en cuenta y de estudiar, en primer lugar por la cercanía de Alaui de las fuentes de información que hacen imposible que se saque de la manga un dato de ese calado, y en segundo lugar porque confirman que los combatientes del Daesh en Mosul, y también en Siria, están siendo efectivamente acorralados, situación que también afectaría a la organización Al Qaeda allí donde se encuentra.
La situación que ha impuesto un cambio de postura en el Daesh para tomar la vía de la negociación con Al Qaeda refleja una situación difícil a nivel político, financiero y operativo, aunque también abre la puerta, en caso de que se produzca el acuerdo y la alianza a la que se refiere el vicepresidente iraquí, a grandes posibilidades para los dos grupos que los países y fuerzas que combaten el terrorismo deberían tener en consideración.
No obstante, el futuro de una alianza hace frente a obstáculos que tienen que ver con las diferencias existentes entre ambos grupos y que les enfrentan desde el año 2014.
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