Pressenza International Press Agency, 10/02/2019

(Esta entrevista realizada de manera telefónica también se puede escuchar aquí)

 

Pregunta: Al Fanar es una expresión árabe que significa “el faro” y que ustedes desde la Fundación tratan de dar a conocer el mundo árabe en España y en español, ¿verdad Pedro?

 

Respuesta: Sí, esa es la idea. Nosotros empezamos traduciendo del árabe al castellano para que periodistas, personas interesadas en el mundo árabe pudiesen leer de primera mano lo que los propios árabes escribían. Nos encontramos que periodistas e incluso compañeros arabistas escribían sobre el mundo árabe sin citar a los árabes; no sería concebible aquí en España que un periodista alemán escribiese sobre España sin escuchar la voz de un español, ya sea de periodistas o analistas, y eso es un poco lo que pasaba y sigue pasando en el mundo árabe.

 

P: Y si estamos hablando del mundo árabe, ¿por qué se refieren ustedes y están estudiando y están acuñando el término islamofobia? ¿Qué tiene que ver? ¿Qué es la islamofobia?

 

R: Nosotros empezamos a trabajar con la islamofobia en 2015, aunque el mundo árabe es un mundo o un entorno geográfico plural y muy variado, donde hay cristianos, ateos, judíos, distintas ramas del islam… En España se vincula directamente lo árabe con el islam y es una de las cosas que queremos trabajar y trabajamos: en reducir o combatir los estereotipos y explicarlos. Si la mayoría de los musulmanes que hay en España son de origen árabe, fantástico, pero la islamofobia es un término muy complicado que, como pasa con el terrorismo, nunca se llegará a un acuerdo sobre su definición. Lo que no se puede hacer es marcar o marginar a toda una comunidad por ser musulmana o ser leída como musulmana. ¿Qué pasa con muchos árabes? Que aunque no sean musulmanes o sean ateos o no practiquen la religión en la que nacieron, se les margina. Y al resto de musulmanes que sí son practicantes, se les compara o se les carga con el sambenito de ese 0,0001 de musulmanes que se auto-llaman yihadistas y cometen actos terroristas.

Yo creo que el concepto islamofobia realmente no se dirige solo hacia los musulmanes, sino al islam como concepto o como ideología, no se refiere solo a que a este musulmán en concreto yo lo margino, o creo que es inferior o lo odio por equis o por i griega. Ese discurso puede estar en los medios de comunicación, que es lo que analizamos nosotros, pero también es un discurso institucional, social, y además, una parte de esas comunidades se retroalimentan de él, me refiero a los sectores que son más conservadoras, más rupturistas, que alimentan esos extremos con ese discurso y, a su vez, construyen un discurso anti-occidental, contrario a las sociedades donde otras partes de la sociedad se intentan acoger a esas comunidades musulmanas.

Y ese es el peligro, por eso entramos en un campo que, a priori, a nosotros nos correspondía, que es trabajar como hacemos en institutos para que no se margine a chavales musulmanes, aunque sean ya nacidos en España, porque esa marginación por parte de la sociedad española entendemos que beneficia a esos sectores más radicales y a esas redes de captación de extremistas que termina creando una ruptura dentro de la sociedad.

 

P: ¿Y qué hechos o qué acontecimientos están disparado esta islamofobia?

 

R: Por supuesto los atentados terroristas son utilizados por un polo y otro de estos extremos para avivar ese discurso y por otro, el discurso contra las migraciones. Hay muchas noticias falsas, muchos bulos en las redes sociales y, en general, sentimos que hay como una facilidad para creerse noticias que son absurdas esas redes. No hace falta tener conocimiento del islam, ni de las comunidades musulmanas, para darte cuenta de que, por ejemplo, una manifestación jovial de familias totalmente festiva, como la que se ha publicado hace poco en España, se convierta en las redes en un “grupo de yihadistas de Zaragoza pidiendo la implantación de la ley islámica”. Para nosotros ese es el problema: que realidades concretas que no se explican en un contexto adecuado y son explotadas por una industria muy bien financiada. Estamos intentando, desde nuestra organización y desde otras organizaciones europeas, reconocer y alertar de una agenda para alimentar todo este discurso de odio contra los musulmanes y, a su vez, para que crezcan los discursos populistas y de extrema derecha.

 

P: Esa agenda entonces es previsible, ¿cómo están analizando?, ¿cuál es esa relación entre las agendas de los partidos de la ultraderecha europea y la islamofobia, con el impregnar en la gente también esos discursos y esos términos que a veces de forma automática se utilizan sin saber que son islamófobos?

 

R: Lo que tenemos claro es que uno de los temas cruciales, como hemos visto en las elecciones de Andalucía, va a ser el de migración-identidad nacional o seguridad-musulmanes-xenofobia. Esas ecuaciones que son muy fáciles de alimentar, van a ser utilizadas por determinados partidos. Lo preocupante no es que haya partidos como Vox u otros partidos de extrema derecha en Europa, sino cómo ese discurso cala en partidos supuestamente de centro derecha, que asumen en su propio programa político esas ideas islamófobas, ese concepto de seguridad o de patria cerrada a cal y canto. Parece que solamente hay dos debates: o las puertas abiertas a la migración o el muro de Trump o de Vox en toda Europa. Esos discursos extremos son los que se alimentan con este ambiente, con este caldo de cultivo en torno a los musulmanes que están en el punto de mira de todos estos partidos de extrema derecha y de centro, como partidos como el que gobierna ahora mismo en Holanda, que ha asumido mucha de esa carga ideológica de partidos de extrema derecha. Todos en Europa nos felicitamos por que no ganó la extrema derecha en Holanda, cuando lo que no sabemos o no queremos analizar es que efectivamente, el partido que ganó las elecciones las ganó con un programa de extrema derecha  mimetizado en el centro-derecha tradicional.

 

P: Y desde la Fundación Al Fanar, por ejemplo, ¿frente a las elecciones municipales europeas qué se están planteando, están trabajando, están buscando aliados para trabajar quizá con la prensa, los medios y bajar el nivel de discursos racistas o discriminatorios?

 

R: Estamos trabajando en un proyecto europeo para hacer un seguimiento de lo que queremos acotar como islamofobia institucional; en las elecciones europeas y municipales, queremos hacer un seguimiento de los programas políticos de todos los partidos, analizar muy bien, como decías tú, el lenguaje, al igual que hacemos con la prensa, y decirles “oiga, es que este tipo de formulación es islamófobo”, “está usted denigrando a toda una comunidad de dos millones de ciudadanos en España, de los cuales un millón ya es español, entonces tenga usted en cuenta de que lo que esta haciendo es marginar, insultar, fomentar el odio contra una parte muy importante de nuestra población” y elevar, o poner de relieve que el discurso securitario actual no es el único. Que se puede hablar de modelos de seguridad, se puede hablar de cómo controlar los grupos terroristas sin necesidad de apuntar o estigmatizar a toda una comunidad, en el caso de España de dos millones de personas, pero en Europa de muchos millones de ciudadanos europeos, mal llamados de tercera y cuarta generación. ¿Hasta cuándo a personas que no tienen ningún contacto con Argelia, con Marruecos, con Turquía, cuyos abuelos y bisabuelos nacieron en territorio europeo, se les va a seguir poniendo una etiqueta de extranjeros?

 

P: Cuéntanos un poco del Observatorio de la Islamofobia en los Medios en España. Ustedes hicieron un estudio, han analizado miles de noticias de varios periódicos del país, de los que se supone tienen más influencia. ¿Qué han encontrado? ¿En qué mejoraron desde ese estudio que hicieron y en qué sigue siendo pésima la prensa española?

 

R: Yo creo que es muy importante que nosotros empezáramos en 2017, como dices, a analizar seis diarios españoles, con la intención de que fuese un arco representativo y de diversidad, y lo hicimos con una metodología académica por primera vez, con cerca de dos mil artículos analizados para detectar si existe o no islamofobia en la prensa española. Cerca del 65 % de los artículos de todos esos periódicos del 2017 son artículos islamófobos. Por lo tanto, por primera vez podemos decir, con un estudio académico, científico, que la prensa española es mayoritariamente islamófoba.

 

P: Pon algún ejemplo, Pedro. Aterriza un poco ese concepto de islamofobia en las noticias de la prensa española.

 

R: Uno de los temas más preocupantes son las generalizaciones. Cuando hay un ataque terrorista y se habla de “el islam es una religión violenta”. Hay 1.600, 1.800 millones de personas que son musulmanas en el mundo, no puedes etiquetar su religión, que al final no deja de ser una ideología, un credo, como algo violento. Sobre todo, cuando estamos hablando de un país católico históricamente, aunque oficialmente no queramos reconocerlo, donde  ha habido mucha violencia en nombre de la religión. Entonces, si asociamos al musulmán con la utilización violenta de una religión, deberíamos hacer lo mismo con todos los cristianos y con el uso que se ha hecho históricamente de la religión, llámese cruzadas, llámese “civilización” en América Latina… Eso para nosotros es lo más peligroso y que el 90 % de las noticias que se escriben sobre el islam en España, ya estén bien escritas o mal escritas, sean noticias negativas. Si  el 90 % de la información que recibes de un tema es negativo, no puedes tener muy buena imagen ya no de un tema baladí, sino de tu vecino Mohamed, de tu tendera Fátima, porque al final, automáticamente, eso cala en tu imaginario. Simplemente se trata de concienciar a los periodistas de que esa generalización está creando un discurso islamófobo.

 

Imagen de portada cedida por el fotógrafo Alfredo Cáliz a la la Fundación Al Fanar.

 

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