Grafiti de la palestina Laila Ajjawi (léase Laila Ayawi). Fotografía de Mia Grondahl.

Desde que las revoluciones de 2011 estallaran en el mundo árabe, las formas de expresión artística han cambiado profundamente, sobre todo las de aquella juventud que demandaba cambios en los regímenes de sus países. A partir de este momento y hasta nuestros días, el cómic y el grafiti se establecieron como dos de los principales medios de expresión de esa juventud árabe. El grafiti es una expresión artística cada vez más popular a nivel mundial y tiene dos ventajas que le garantizan un gran impacto a pesar de ser considerado en ocasiones un acto de vandalismo: por un lado, es un arte libre y accesible a mucha gente y, por otro lado, es una forma de expresión artística relativamente joven.

Pero además el grafiti ha ofrecido un nuevo medio a las mujeres a través del que hacer llegar su voz y gracias a él han conseguido poner su arte en primer plano del espacio público a lo largo de todo el mundo árabe.

Imagen de Laila Ajjawi en la que vemos detrás uno de sus últimos grafitis “Paz y Tolerancia” en la ciudad de Irbid. Imagen de Scott Nicholas.

La artista y activista palestina Laila Ajjawi(léase Laila Ayawi) es una de las grafiteras árabes más conocidas. Actualmente reside en Irbid, Jordania, y a través de su obra consigue dar voz y empoderar a las mujeres y también a la comunidad de personas refugiadas palestinas. Utiliza el arte para mandar un mensaje muy claro a las nuevas generaciones árabes: sois vosotras quienes tenéis el poder sobre vuestra vida y el derecho a decidir qué queréis hacer en un futuro. Ajjawi considera que, representando en sus murales a mujeres fuertes e independientes, las ayuda a expresarse a sí mismas sin tener en cuenta los límites y estigmas que les impone la sociedad.

Imagen en la que vemos a Asil Diab pintando un retrato de un joven mártir. Fotografía de Doha-Style.com

Asil Diab es una grafitera jordana afincada en Qatar. Es conocida popularmente como Sudalove y utiliza el grafiti para comunicarse directamente con la sociedad. Aunque es consciente de que todavía está muy mal visto ver a mujeres árabes pintando en la calle, cree que es muy necesario ya que así se consigue trasladar la visión femenina a un arte de gran alcance. Entre sus murales más famosos destacan los retratos de jóvenes mártires sudaneses asesinados en las protestas de 2019 que terminaron con la destitución del presidente sudanés, Omar al Bashir, el 11 de abril de ese mismo año. Estos murales, además de recordar a los jóvenes asesinados, ayudan a mantener el espíritu revolucionario en las calles del país y sobre todo, a que la gente se sienta orgullosa de esos jóvenes que se sacrificaron por Sudán.

Imagen en la que podemos ver a la artista Haifa Subay junto a uno de sus grafitis más conocidos. “Solo una pierna” es el retrato de un niño que perdió una pierna tras la explosión de una mina antipersona. Imagen de voanews.com

Yemen vive una de las mayores crisis humanitarias de la actualidad, como ha reconocido la ONU, debido en gran parte al conflicto armado que estalló en el país en 2015 y cuyas consecuencias, especialmente duras para los niños y las mujeres, es lo que la grafitera yemení Haifa Subay da a conocer en sus murales. La hambruna, la difícil situación de la mujer en el país, los niños soldados o los desplazamientos son los temas más tratados en su obra. Todos sus murales están basados en la historia real de personas yemeníes y tienen como objetivo, además de poner cara a la situación del país que no es muy conocida, conseguir sobre todo que en algún momento su país consiga la paz.

Imagen del mural “No y mil veces no” de Bahia Shehab. Imagen de News.culturacolectiva.com

En Egipto las mujeres también han utilizado el grafiti como medio para expresarse, sobre todo a partir del año 2011. Entre ellas destaca la figura de Bahia Shehab, artista, activista e historiadora, cuya obra, que no incluye solo el grafiti, se centra en los derechos de la mujer pero también en la identidad árabe.  Entre sus obras más populares destaca la conocida mundialmente como “No y mil veces no”, una obra que tiene sus orígenes en la revolución egipcia de 2011 y cuyo objetivo era demostrar que tanto ella, mujer, artista y musulmana, como miles de personas más tenían la necesidad de decir no ante tantas injusticias que se estaban viviendo en su país. Gracias a esta obra que fue más allá de las calles de El Cairo y pudo verse en otros países como Canadá, Alemania o Bélgica, la artista se convirtió en la primera mujer árabe en ganar el premio UNESCO-sharjah de Cultura Árabe.

Las mujeres han sabido utilizar el grafiti para transmitir su visión del mundo en los muros de los países árabes, pero también a través del grafiti han sabido expresar sus inquietudes, pensamientos y preocupaciones como mujeres aunque no se han quedado ahí y también se han atrevido a hablar de temas que nos preocupan a todos, temas tan relevantes como la grave crisis humanitaria que se vive en Yemen o la problemática de los campos de refugiados palestinos en Jordania. Conocerlas y escucharlas es ahora nuestro deber.

 

Paula Tomás, 19/6/2021.

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