Maryam Ashalem, 28/04/2021

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El pasado 13 de abril, y con motivo del inicio del sagrado mes de Ramadán para los musulmanes, comenzaron los enfrentamientos entre la policía israelí y los palestinos en la Ciudad Vieja de Jerusalén Este. El motivo fue la normativa de la policía israelí de evacuar a todo grupo de palestinos que se concentrasen en la Puerta de Damasco. Esta orden derivó en una serie de protestas por parte de los palestinos, que buscaban reunirse en la zona de forma pacífica y ordenada tras la oración en la mezquita Al Aqsa.

En los últimos días, las fuerzas de ocupación israelíes y los grupos extremistas judíos han intensificado la violencia y los ataques racistas contra los palestinos. Estos sucesos se han producido con respaldo del gobierno, con la finalidad de consolidar la ocupación y anexión del Territorio Palestino ocupado.

La policía empleó antidisturbios y violencia contra los palestinos, aumentando así la tensión ya que no cejaron las protestas palestinas. Finalmente, ante la escalada de tensión, la policía israelí no tuvo más remedio que retirar las vallas y permitir que los palestinos se pudiesen reunir en la zona, tal y como hacen normalmente.

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Apenas 10 días después, el pasado jueves día 22 de abril, un grupo de aproximadamente 300 extremistas judíos se manifestaron al grito de “Muerte a los árabes” en la emblemática Puerta de Damasco. Los grupos de extrema derecha judíos pertenecientes al grupo supremacista Lehava, alegaban estar protegiendo el “honor judío” contra los palestinos.

La policía israelí amparó a los extremistas judíos, aunque no les permitieron llegar hasta donde se reúnen los palestinos, pero permanecieron durante horas cantando eslóganes racistas, colonialistas y antiárabes como “Muerte a los árabes”, “Muerte a los terroristas”, “Venganza”. Un total de 50 personas fueron detenidas. Según los servicios de emergencia de la Media Luna Roja Palestina, fueron 105 los heridos entre los manifestantes, de los cuales 22 tuvieron que recibir atención médica en hospitales.

En las horas posteriores a los incidentes, se produjeron además múltiples episodios violentos entre jóvenes extremistas judíos y palestinos. Los vídeos de la violencia fueron rápidamente difundidos a través de las redes sociales, que se han convertido en gran protagonista de esta espiral de tensión. La policía israelí señaló que los extremistas judíos arrojaron piedras y prendieron fuego al mobiliario urbano en varios puntos de la ciudad mientras los palestinos se defendieron lanzando piedras.

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Los cánticos antiárabes provocaron la reacción del político israelí de extrema derecha Itamar Ben-Gvir. El político aclaró en la radio 102 FM: “Estoy en contra de tales cánticos”. Al mismo tiempo, Ben-Gvir defendía el derecho de protesta de los manifestantes judíos, añadiendo que los palestinos que se defendían con violencia debían ser maltratados y expulsados del país.

La tensión se expande a otras zonas palestinas

Simultáneamente, grupos de palestinos se unieron también a las protestas en otras ciudades de Palestina como Hebrón y Nablus, así como en puestos de control militar israelíes cerca de Ramallah. A estas manifestaciones se sumaron otros grupos en Gaza, condenando lo ocurrido en Jerusalén Este.
A la escalada de tensión de los últimos días se le suma además que milicias palestinas situadas en Gaza lanzaron varios proyectiles contra territorio israelí. Israel contraatacó posiciones de Hamás en la Franja de Gaza mediante lanzamiento de cohetes, y el primer ministro, Benjamin Netanyahu, avisó que están legitimados para iniciar una contundente acción militar si continuaban los ataques a Israel desde Gaza. Así mismo, el ministro de Defensa, Beny Gantz, advirtió que de no cesar los lanzamientos de cohetes, «Gaza será golpeada con fuerza». Ante esta situación, el grupo Hamás pidió a las milicias palestinas que cesasen sus lanzamientos para evitar males mayores.

Queja formal ante Naciones Unidas

Como el informa el periódico palestino Al-Raya, el pasado lunes 26 de abril el representante del Estado de Palestina ante las Naciones Unidas, Riyad Mansur, envió tres mensajes al Secretario General de las Naciones Unidas, al presidente del Consejo de Seguridad, y al presidente de la Asamblea General de las Naciones Unidas, en relación con la escalada de Israel en el Territorio Palestino Ocupado. Mansur se refirió en sus cartas a las políticas y prácticas totalmente ilegales de Israel contra la población palestina, así como la existencia de impunidad para los judíos más extremistas.
También se refirió al sufrimiento de los niños palestinos por las crecientes oleadas de ataques de las fuerzas de ocupación israelíes, que emplean violencia extrema y brutalidad. Ejemplo de ello ha sido la muerte de un niño palestino de 14 años por un disparo de balas de goma, por parte de soldados israelíes contra una multitud en Hebrón.

El representante destacó también la existencia de más de 4.400 palestinos detenidos arbitrariamente en cárceles israelíes, incluidas 37 mujeres y 140 niños. Además de 440 detenidos en detención administrativa, sin cargos ni juicio basados en «pruebas» a las que no pueden acceder. Una de las detenciones arbitrarias que se han llevado a cabo recientemente por el Shin Bet (Servicio de inteligencia de Interior) es la de Juana Ruiz Sánchez, más conocida como Juani Rishmawi, cooperante española de 63 años, lleva trabajando para una ONG sanitaria palestina cerca de una treintena. que fue detenida la madrugada del pasado 13 de abril. Desde su entorno se ha puesto en marcha una campaña de apoyo en Facebook “Libertad Juani” y Twitter “Freedom for Juana”, desde donde ha presentado un manifiesto al que ya se han adherido más de 5.000 personas entre ellos eurodiputados o personalidades de la cultura.

Esta escalada de violencia contra la población palestina de Jerusalén ha coincidido con la publicación de un contundente informe de Human Rights Watch titulado: “Se ha traspasado el umbral: Las autoridades israelíes y los crímenes de apartheid y persecución” y donde describe con detalle en 213 páginas como “Las autoridades israelíes están cometiendo los crímenes de lesa humanidad de apartheid y persecución. La conclusión se basa en la política general del gobierno israelí de mantener la dominación de los israelíes judíos sobre los palestinos y en los graves abusos cometidos contra palestinos que viven en el territorio ocupado, incluido Jerusalén Oriental.”

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Este artículo ha sido redactado por Maryam Ashalem, alumna del máster de Estudios Árabes e Islámicos Contemporáneos en el marco de un programa de colaboración de la Universidad Autónoma de Madrid y la Fundación Al Fanar para el Conocimiento Árabe. 

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