Ali_Dilem

Al Arab, 01/12/2016

Azrach Omar, escritor argelino

La semana pasada decenas de sindicalistas (profesores, médicos y trabajadores en general) fueron golpeados y detenidos por manifestarse contra el proyecto de enmienda del régimen de pensiones pese a que no hay ninguna norma internacional que prohíba las manifestaciones pacíficas de tinte político o profesional.

El régimen de Butefliqa prohibió las manifestaciones en 2011, una medida arbitraria que supone una violación flagrante del A, B, C de la democracia y de los derechos humanos.

El régimen argelino sabe perfectamente que la calle ya no confía en sus políticas improvisadas aliñadas con los principios de la pluralidad política, como sabe que está acabado y que no tienen ninguna legitimidad ética y tiene los días contados. La marcha de Butefliqa del gobierno cuando termine su cuarto mandato supuestamente,será la gota que colmará el vaso.

Butefliqa y su grupo en la Muradía, los partidos afines al régimen, el Ejército, la Policía y la administración, temen que la situación se vaya de madre porque el pueblo argelino, reprimido desde hace años, puede estallar en cualquier momento si se da el detonante que ayude a prender la rebeldía popular. La semana pasada salió a hablar Ahmad Uyahia, director del Gabinete de la Presidencia, para advertir de la estabilidad de la nación, aunque en realidad se refiere a la estabilidad del régimen y de quienes tienen sus intereses en él (…).

A la sociedad argelina le esperan fuertes tormentas el año próximo debido a que las arcas públicas han comenzado a menguar como consecuencia de la grave reducción de los ingresos del crudo, y la posibilidad de recurrir al FMI a pedir un crédito es ya una verdad amarga. Hay muchos datos que permiten una lectura correcta y objetiva de lo que está pasando en Argelia que puede suponer el preámbulo de un terremoto que arrastre al país a corto plazo: empeoramiento del nivel de vida de los argelinos como consecuencia de la eliminación de los subsidios a los productos de primera necesidad de los que no pueden prescindir los ciudadanos de un país de 40 millones de personas, la proliferación del clientelismo, la burocracia y la cultura del soborno, el poder de una banda cercana a los símbolos del poder familiar y su expansión en la zona de Tilimsán, en el oeste del país y de otras zonas que acumulan el 70% del potencial económico del país (…).

Si necesita una traducción de este artículo, puede solicitarla en el siguiente correo electrónico: contacto@fundacionalfanar.org

Pueden consultar más de 170.000 artículos de prensa árabe en español en el Fondo documental Al Fanar

Viñeta de Ali Dilem

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