Artículo publicado originalmente en el diario La Opinión (Murcia) el 07/05/2022

Mar Grandío y Pilar Garrido*

Dollar es una de las primeras series árabes de la plataforma Netflix dirigidas a una audiencia global y puede ser una opción divertida para aquellos espectadores que quieran reírse un rato y pasearse por un idílico, lujoso, y un tanto nostálgico ya, Beirut.

Estrenada en 2019, es una comedia libanesa de enredo que se sostiene por la popularidad y carisma de sus dos protagonistas en el mundo árabe: Adel Karam, cómico libanés y conocido más internacionalmente por la película El Insulto, y Amal Bouchoucha, actriz de origen argelino que saltó a la fama en la región por el programa Star Academy. Es una serie hecha para ellos y para sus fans.

La trama de la serie es sencilla y resultona para pasar un buen rato sin mayores pretensiones: para promocionar su nueva apertura, un banco pone en circulación un billete de dólar con un número concreto por las calles de Beirut. Quien lo encuentre, se llevará un millón de dólares. A la caza de ese millón de dólares sale Tarek, un ambicioso creativo publicitario que ideó la campaña y que ahora quiere beneficiarse, y Zeina, directora financiera del banco y conocedora del número concreto del dólar. A lo largo de sus quince capítulos, el billete pasará por diferentes manos… Zeina y Tarek siempre estarán muy cerca de atraparlo, pero ¿lo conseguirán al final?

Con esta premisa narrativa se pretende atrapar también al espectador occidental, quien en principio no se ha visto atraído por esta serie. Hay que decir que la excesiva duración de los títulos de crédito al inicio de cada episodio no ayuda mucho. Son más de tres minutos que se hacen eternos y que se presentan como una auténtica barrera de entrada a la historia (menos mal que Netflix tiene la opción de omitir intro).

Por otro lado, la propuesta de Dollar puede haber intentado americanizar demasiado su argumento, personajes y localizaciones para triunfar en la plataforma digital más importante del mundo, algo que le ha hecho perder frescura, autenticidad e identidad árabe. Su propio nombre le delata: Dollar ha optado por mostrar un Líbano de lujo, centrado en una élite económica, cosmopolita y capitalista, en el que la protagonista conduce un Range Rover en un Beirut que bien podría ser Nueva York. El motor que mueve a los protagonistas es económico.

O, tal vez, bajo otro prisma, se nos muestra también ese escenario del mundo digital donde todos somos globales y la risa es universal. Además, a lo largo de la vasta geografía en la actualidad hay una tendencia, especialmente en esta plataforma, a una ‘americanización’ de narrativa y personajes.

Fiel a su filosofía de hacer productos internacionales con ingredientes locales, Dollar incluye la especificidad árabe con un realismo costumbrista para mostrar los barrios de Beirut, en los que sobresale el bullicio, con familias y gente por las calles, tráfico caótico, conversaciones de enredo. A lo que los guionistas han añadido un tono vital tan mediterráneo, tan de los retratos de dialécticas populares, articulando el tono, los enfados, las carcajadas… y las demás hazañas callejeras de los protagonistas llevándonos a visitar lugares auténticos o característicos como las típicas oficinas de cambio.

Eso sí, impecables ellos con una estética de serie actual por artificial. Físicos aparentes de ella y de él, desde el atractivo estándar de ‘televisión’.

Entre el costumbrismo y la globalización, esta serie tiene el mérito de ser de las primeras series árabes dirigidas a una audiencia global.

Como vemos en cuanto entramos en la plataforma y conectamos con las imágenes de la serie, tenemos la impresión de asistir a una historia que ya hemos visto o de la que ya nos han hablado anteriormente —la persecución del azar para hacernos con un botín que la Fortuna ha puesto en circulación pero que no sabemos quién o porqué lo atrapará—, pero también entendemos que estamos de viaje hacia un lugar repleto de referencias de todo tipo pero desconocido para quienes no hayan vivido o visitado esa ciudad mucho más famosa por su nombre que por otros rasgos.

Es un Dollar que nos lleva a Beirut y una Beirut en la que encaja a la perfección esta historia de redención por un regalo que no pide casi nada a cambio.

En resumen, hay que destacar la premisa (la caza de un dólar que vale millones), el humor blanco, no hiriente, que puede ser disfrutado por un amplio sector de la población y, sobre todo, esta serie tiene el mérito de ser de las primeras árabes dirigidas a una audiencia global.

Siempre, a pesar de las críticas, será de las pioneras.

*Mar Grandío y Pilar Garrido, son profesoras de la Universidad de Murcia. Pertenecen al GTC FAMA (Ficción Audiovisual y Mundo Árabe como Herramienta de Conocimiento)

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