Radical Muslim cleric Abu Qatada (R) listens to Islamist scholar Sheik Abu Mohammad al Maqdisi during a celebration after his release from a prison near Amman September 24, 2014. Abu Qatada walked free from a Jordanian jail on Wednesday after being cleared of charges of conspiring in a plot to attack tourists - his second acquittal this year following a long extradition process from Britain. The state security court in the capital Amman ruled that the charges against the radical preacher - providing spiritual and material support for an attack planned during New Year celebrations in Jordan in 2000 - lacked sufficient evidence. REUTERS/Majed Jaber (JORDAN - Tags: POLITICS CRIME LAW RELIGION)

Artículo de Victoria Silva para Baab al Shams

05/12/2016

El extremismo tiene un largo recorrido en Jordania. Muchos de los más afamados militantes de la yihad han sido jordanos, como es el caso de Al-Zarqaui. El ideólogo yihadista palestino, Abdullah Azzam, desarrolló parte de su carrera incitando a la yihad en el amonita barrio de Sweileh hasta que se trasladó a Pakistán. Y jordano también es el que es considerado a día de hoy el ideólogo yihadista más influyente, mucho más que el líder de Al-Qaeda, Ayman Al-Zawahiri: Abu Mohammed Al-Maqdisi. Mentor de Al-Zarqaui e “Ibn Taimiyya de nuestra era”, según sus seguidores (Byman, 2015: 76), a día de hoy actúa como “portavoz” del régimen en la lucha contra Daesh.

Los orígenes

Al-Maqdisi, nacido como Essam Muhammad Tahir al-Barqawi, en Nablús, Palestina, en 1959, tempranamente marchó a vivir a Kuwait y al Hijaz, la región este de Arabia Saudí. Allí completó su educación secundaria y, aunque su ambición era estudiar sharía en la Universidad Islámica de Medina, finalmente se enroló en ciencia en la Universidad de Mosul, para “complacer a sus padres” (Rubin y Rubin, 2002: 73).

Durante su período universitario, encontró su orientación islámica y entró en contacto con diversos grupos. Viajando por la península arábiga, siguió las enseñanzas de distintos sheikhs que, sin embargo, según sus propias palabras, “no saciaban su sed de encontrar las respuestas que los jóvenes musulmanes demandaban” (Ibíd.). Como consecuencia, descubrió y se enfrascó en la lectura de la obra de Ibn Taymiyya y Abd al-Wahhab.

En 1992 se instaló en Jordania, donde comenzó a predicar contra el régimen en un momento en el que el reino hachemita salía de décadas de ley marcial y restablecía elecciones multipartidistas. Desde ese momento, empezó la que sería su carrera hasta el día de hoy como el principal líder del salafismo jordano, pese a haber pasado 16 años en prisión desde 1994. Tras varias entradas y salidas de las cárceles jordanas, finalmente fue puesto en libertad en octubre de 2014.

Principales aportaciones

Influido por Wahhab y Sayyid Qutb, Al-Maqdisi ha centrado sus obras en varios puntos principales:

Siguiendo a Qutb y a Faraj, el jordano ha enfocado gran parte de su obra en denunciar el falso carácter islámico de los actuales gobernantes y regímenes de los países árabes y, por tanto, los acusa de apostasía. Al-Maqdisi fue el primer autor en calificar al régimen saudí de takfir y apóstata en su obra Al-kawashif al-jaliyyeh fi kufr al-aawleh al-saudiyyeh (La iluminadora evidencia de los impíos del estado saudí). Consecuentemente, llama al derrocamiento de estos regímenes impíos.

Relacionado con el anterior punto, es muy destacada su vehemente oposición a la democracia, sea cual sea su forma. En este punto se distancia de otros movimientos islamistas como los hermanos musulmanes. Tal y como expresa en su obra Al-Demoqratiyya Deen (La democracia es una religión), la democracia es una religión y si se sigue la democracia no se puede seguir el Islam, puesto que “no hay más Dios que Alá”. Al-Maqdisi denuncia la democracia, las leyes y el estilo de educación occidental como corruptores de la verdadera sociedad islámica, abogando por el abandono de las escuelas para adoptar la educación en el hogar, como se aprecia en su obra Idad al-qadeh al-fawaris bi hajr fesad al-madaris (Preparando líderes valientes mediante el abandono de las escuelas corruptas).

Puesto que dichos regímenes apóstatas han de ser derrocados, Al-Maqdisi defiende la yihad como el camino para lograrlo. Sin embargo, la comprensión de la yihad de Al-Maqdisi no contempla únicamente la lucha armada, sino que hace gran hincapié en el proselitismo. Puesto que el verdadero objetivo es la consecución de un Estado Islámico, este no debe lograrse por la fuerza sino convenciendo a la población de las bondades de dicho estado.

La disyuntiva Daesh-Al Qaeda

Pese a ser considerado el más influyente teórico yihadista en la actualidad y situarse en la línea de Al Qaeda, Al-Maqdisi ya condenó las prácticas de Al Qaeda en Iraq y al-Zarqaui en 2005. Pese a haber sido mentor del carnicero de Bagdad en prisión, pronto condenó las matanzas de civiles, de chíies especialmente, que el jordano llevaba a cabo en el país mesopotámico.

Teniendo en cuenta que el foco de Al-Maqdisi está en los regímenes apóstatas, criticó a los militantes por centrarse en Israel, Estados Unidos o los chiíes. El baño de sangre que llevaban a cabo los yihadistas en Irak se salía de la lógica de al-Maqdisi. De acuerdo con Byman, “el propósito de la lucha es crear áreas que sean de facto estados islámicos. En estas áreas, además de luchar, los yihadistas deben también hacer proselitismo y tratar de cambiar el comportamiento en los territorios que controlan, en lugar de utilizar la fuerza para imponer el comportamiento apropiado” (Byman, 2015: p. 76).

Diversos analistas han cuestionado que la liberación de al-Maqdisi, justo tras el asesinato por parte de Daesh del piloto jordano Muadh Kasasbeh, fuera una estrategia del régimen para que este se pronunciase contra el grupo yihadista. Teniendo en cuenta lo anteriormente expuesto, Daesh representa la estrategia opuesta a la filosofía del ideólogo jordano, puesto que se basa en la coerción en lugar del proselitismo para construir el Estado Islámico. Además, rechaza por completo la violencia contra los propios musulmanes, acusando al grupo de “desviado” (Ibíd.: 169).

La opinión de al-Maqdisi es de enorme importancia para los salafistas jordanos que, tras el auge de Daesh, se encuentran divididos en dos corrientes. Sin embargo, como señalaba Tamer al-Samadi, tras su liberación los seguidores de Daesh jordanos acudieron a recibir a al-Maqdisi, evidenciando la necesidad del grupo de tener juristas reconocidos en el medio yihadista que legitimen su existencia y su Califato.

Sin embargo, la postura de al-Maqdisi no parece que vaya a cambiar con respecto al grupo takfir. Así lo expresó en la entrevista concedida al canal de televisión jordano Roya TV a comienzos de 2015. Preguntado respecto al asesinato del piloto jordano, el ideólogo respondió que “esta gente ha introducido muchas tradiciones perversas. La primera tradición perversa que introdujeron y alegaron que era parte de la sunna del Profeta, fue la tradición de masacrar delante de la gente. Masacraron a sus oponentes y a líderes muyahidin en Siria hasta que la gente ha llegado a pensar que las masacres son parte de la sunna del Profeta y las justifican con hadices del profeta”.

Muchos seguidores de Al-Maqdisi han ido a luchar a Siria, tanto con la filial de Al Qaeda, el Frente al Nusra, como con Daesh. Respecto a estos últimos, el ideólogo señalaba en la misma entrevista, que “no dudo de la sinceridad de estos pobres jóvenes que son engañados y se unen a esta gente… Luego, cuando son empujados a combatir a sus hermanos de otros grupos de Muyahid, algunos de ellos huyen si pueden, otros son asesinados y masacrados si consiguen encontrar la verdad”.

Por si alguien aún tenía dudas sobre la posición del jordano respecto a Daesh, su opinión sobre el Califato las despeja: “el objetivo básico del Califato es unir a todos los musulmanes, facilitando las cosas y no haciéndolas más difíciles, animando y no desanimando. Ellos están haciendo totalmente lo opuesto. La cuestión no son los nombres, es la realidad”.

La cuestión que ahora se plantea es si al-Maqdisi seguirá siendo la figura en torno a la cual se aglutina el salafismo yihadista jordano o la división causada por Daesh supone un cambio irreversible.

Referencias:

Entrevista con el Sheikh Abu Muhammad al-Maqdisi. Nida’ul Islam, Diciembre 1997-Enero 1998. (Obtenida de la obra de Rubin, Barry, y Rubin, Judith Colp, Anti-American Terrorism and the Middle East. A documentary reader. Nueva York: Oxfor University Press, 2002. Pp. 73-74.)

BYMAN, Daniel, 2015: Al Qaeda, the Islamic State and the global jihadist movement. What everyone needs to know. New York: Oxford University Press, pp. 284.

 

 

 

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