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En la capital saudí se acumulan las cumbres estos días, la cumbre saudí-estadounidense, la cumbre saudí-marroquí, la cumbre CCG-EE. UU. con la presencia de Obama y finalmente la cumbre CCG-Marruecos a la que asistió Mohamed  VI.

El eje central de todas estas cumbres ha sido “la seguridad del Golfo” de la que Arabia Saudí es parte esencial porque, una vez garantizado el apoyo de Egipto, avanza hacia la reanimación del plan, anunciado a comienzos de la Primavera Árabe por el fallecido monarca Abdalá Ben Abdelaziz, para crear un consejo de cooperación “árabe suní monárquico” a través de la adhesión de Marruecos y Jordania a los seis países del CCG.

El comunicado del actual monarca saudí en nombre de los líderes del CGG, con motivo de la recepción del rey de Marruecos, confirma que los seis Estados del Golfo están decididos del todo a apoyar a Rabat en el tema del Sáhara y en su problema con el secretario general de la ONU a este respecto, lo que podría suponer una ruptura con Argelia, a la que estarían castigando por no respaldar la postura saudí contra el régimen de Damasco, por negarse a considerar a Hezbolá un grupo terrorista y por adoptar una postura hostil y de condena contra “la injerencia de Riad en los asuntos árabes”.

Es la primera vez que los países del Golfo se pronuncian con esta contundencia sobre el conflicto del Sáhara desde que estallara en 1975 (…) prometiendo “apoyo del CCG a Marruecos al más alto nivel en los ámbitos de la política, la economía y la seguridad” (…). El comunicado del rey saudí habla del “Sáhara marroquí” y no del Sáhara Occidental en un gesto de total apoyo a la tesis marroquí sobre “la unidad territorial marroquí” (…). Esta postura puede desencadenar una crisis diplomática y política con Argel, cuyo gobierno ve las cosas de forma radicalmente opuesta y presta apoyo a las demandas de independencia del Polisario.

(…)

El reino saudí, que creó una alianza islámica y luego una coalición árabe (en la guerra contra Yemen), y posteriormente añadió el título “suní” a la Organización para la Cooperación Islámica en su última cumbre celebrada en Estambul, crea ahora un “grupo” más, un grupo árabe, cerrado y limitado a las monarquías árabes en un divorcio “casi evidente” con las repúblicas árabes. Pero resulta extraño que el monarca jordano haya sido excluido de las reuniones de la cumbre del CCG pese a que Jordania esta mucho más próxima, política y geográficamente, del CCG que Marruecos, ya que comparte frontera con Arabia Saudí.

Es difícil dar una interpretación al motivo por el que Jordania no ha sido invitada a este nuevo club real si tenemos en cuenta que el ministro de Exteriores de Jordania invitó a reuniones previas a sus homólogos en el CCG, y que además el país ha llamado a consultas a su embajador en Teherán, de repente y de forma injustificada, gesto que ha sido entendido como un alineamiento en la barricada de Arabia Saudí contra Irán.

(…)

Si necesita una traducción de este artículo, puede solicitarla en el siguiente correo electrónico: contacto@fundacionalfanar.org

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Viñeta de Amyad Rasmi para Al Sharq al Awsat

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