Hani Madhar_el modelo libio_HY_28.05.2018

 

Cada vez se especula más sobre los verdaderos motivos que han empujado a Francia a liderar las negociaciones

 

Guma el-Gamaty

 

Middle East Eye, 28/5/2018

 

El 29 de mayo, Francia acogerá una cumbre internacional sobre Libia, a la que acudirán los principales líderes políticos libios: Aguila Saleh, presidente de la Cámara de Representantes de Tobruk; Jáled al Meshri, presidente del Consejo Superior de Estado en Trípoli; Faiz Sarrach, líder del Consejo Presidencial; y Jalifa Haftar, que está al mando del Ejército Nacional Libio (ENL) en el este de Libia.

 

Se afirma que Francia también ha invitado a varios países involucrados en el conflicto, entre ellos los otros cuatro miembros permanentes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, además de Italia, Alemania, Turquía, Emiratos Árabes Unidos, Qatar y los seis países que comparten frontera con Libia.

 

La Unión Europea, la Unión Africana y la Liga Árabe también han sido invitadas. El principal objetivo de la cumbre es conseguir que las cuatro partes del conflicto libio firmen un compromiso bajo la supervisión de Naciones Unidas y comiencen a prepararse rápidamente para unas elecciones antes del final de 2018.

 

¿Un gran avance en las negociaciones?

 

Sin embargo, según un borrador que ha circulado entre las diferentes partes, Francia pretende que se firme un acuerdo de trece puntos, entre los que están la unificación inmediata del Banco Central Libio, consultas para establecer un calendario de cara a un referéndum sobre el borrador de la Constitución, ya sea antes o después de las elecciones, la adopción e implementación de leyes electorales para las elecciones propuestas para 2018 y una conferencia política inclusiva en Libia o en el extranjero para consolidar este acuerdo en un periodo de tres meses.

 

Si al final esta conferencia tiene lugar, no será la primera que organiza el país galo. En julio de 2017, el recién elegido presidente francés, Emmanuel Macron, organizó una cumbre similar en París entre Sarrach, líder del Gobierno de Acuerdo Nacional, y Haftar.

 

Esa reunión dio lugar a una declaración conjunta de 10 puntos, que ha sido descrita como un gran avance en las negociaciones, en el que se comprometían a un alto el fuego y a organizar elecciones “lo antes posible”.

 

Vista tiempo después, esa cumbre, a la que también acudió el enviado especial de las Naciones Unidas para Libia, Gassán Salame, no consiguió que la situación mejorase para los libios y fue vista más visto como una victoria diplomática de Macron que como un avance en la resolución del conflicto.

 

Por otro lado, aquel movimiento de Francia desagradó al gobierno italiano, que consideró que París estaba intentando resolver el conflicto por su cuenta.

 

Se puede argumentar, sin embargo, que esta vez la reunión será más representativa, ya que estarán presentes los líderes de la Cámara de Representantes de Tobruk y del Consejo Superior de Estado de Trípoli, que representan a los principales partidos que alcanzaron el acuerdo político de 2015. Al parecer, Francia también estaría invitando a otros muchos países relacionados con Libia.

 

No obstante, sigue habiendo muchas sospechas, sobre todo en Roma, sobre las verdaderas razones de Francia para encabezar esas negociaciones en Libia, especialmente ahora que Italia se enfrenta a problemas internos con el cambio de gobierno.

 

Los verdaderos motivos

 

Es probable que Italia tenga un nuevo gobierno de derechas entre la coalición del Movimiento Cinco Estrellas (M5S) y los nacionalistas de extrema derecha de la Liga, que tomarán el poder de la mano de Giuseppe Conte.

 

La élite política italiana cree que esta mayor implicación política de Francia en Libia es un intento de apartar a Italia y una forma de comprometer los intereses italianos en el país magrebí centrados en frenar el flujo de inmigrantes en el Mediterráneo y asegurar el suministro de gas natural, al margen de los intereses de empresas italianas.

 

París, sin embargo, está anteponiendo la lucha contra los islamistas y la amenaza terrorista a la inmigración, que no afecta tan directamente a Francia como a Italia. Francia también pretende hacer avanzar sus intereses económicos en el país norafricano. El mes pasado, la empresa de energía francesa Total aumentó considerablemente su presencia en Libia, al comprar un 16,33% de las concesiones de Waha a US Marathon Oil por 450 millones de dólares (unos 368 millones de euros).

Se espera que, en virtud de este acuerdo, Total acceda a grandes reservas de crudo disponibles para producción inmediata, además de a un gran potencial para la exploración.

 

La velocidad y el vigor con el que Francia se está involucrando en Libia están llevando a muchos a preguntarse si este país puede ejercer de negociador. Se sabe que París ha apoyado a Haftar militar y logísticamente y tiene posiciones muy cercanas a las de los dos principales defensores de Haftar, a saber, Emiratos Árabes Unidos y Egipto.

 

El cambio de Francia

 

El cambio de Francia hacia posturas pro-Haftar ha sido principalmente promovido por el nuevo Ministro de Asuntos Exteriores de Macron, Jean-Yves Le Drian, que también fuera Ministro de Defensa en el ejecutivo del anterior presidente francés, François Hollande.

 

A lo largo de los últimos tres años, Francia ha apoyado a Haftar militarmente, enviando asesores y fuerzas especiales al este de Libia. Los galos reconocieron su apoyo militar en julio de 2016, después de que tres soldados de las fuerzas especiales francesas murieran en un accidente de helicóptero cerca de Bengazi.

 

El apoyo que Francia brinda a Haftar le ha dado legitimidad política y militar, le ha ayudado a ser aceptado a nivel internacional y le ha permitido desarrollar una campaña militar más audaz.

 

Históricamente Libia nunca fue colonia francesa,  como Túnez y Argelia. Sin embargo, Francia sí que administró la zona sureña de Fezán durante un corto periodo (1944-1951), tras la derrota italiana en la Segunda Guerra Mundial.

 

Desde entonces, Francia ha mantenido buenos contactos con las fuerzas tribales de Fezán, una región rica en reservas de petróleo, gas y minerales, incluido uranio. La importancia geopolítica de Fezán reside en que ofrece a Francia una extensión geográfica natural de su presencia e influencia en países cercanos, como Chad, Níger y Malí, donde París ya cuenta con una importante presencia política, militar y económica.

 

Un movimiento coordinado

 

Uno de los aspectos clave de la cumbre de París es intentar organizar elecciones presidenciales lo antes posible en Libia, antes de final de año, incluso antes de que se apruebe una nueva Constitución por referéndum. Muchos creen que se trata un movimiento coordinado por parte de Francia, Emiratos Árabes Unidos y Egipto para conseguir que Haftar llegue al poder en Libia, aprovechando el momento de popularidad del que goza en este momento.

 

Esos tres países también están ofreciendo su apoyo para que tome la ciudad de Derna, en el este de Libia, lo que le permitiría consolidar su posición militarmente y controlar todo el este del país. La campaña militar para hacerse con la ciudad ya ha comenzado, y se espera que tenga graves consecuencias para la población civil y para el patrimonio.

 

Queda claro que Francia considera a Haftar un aliado potencial, que podría servir bien a los intereses franceses tanto en Libia como en el norte y el oeste de África, además de apoyar a los otros aliados franceses de la zona en Chad, Níger y Malí.

 

Francia parece tener prisa en conseguir sus objetivos en Libia y arrastrar el apoyo de todos los demás actores internacionales. Sin embargo, Estados Unidos e Italia han expresado su inquietud ante la celebración de elecciones en el país sin un fuerte respaldo constitucional.

 

Varios sectores influyentes en Libia también exigen que las elecciones no se celebren hasta que se haya aprobado una Constitución definitiva a través de un referéndum.

 

Francia podría estar a punto de conseguir otra pequeña victoria diplomática, acogiendo una importante conferencia de paz sobre Libia que, una vez más, no cambiará sustancialmente la situación de los libios. El principal problema es que muchos piensan que Francia no es un negociador neutral, sino que favorece a una de las partes de un enfrentamiento muy polarizado.

 

Como explica un experto sobre Libia, el apoyo francés a Haftar solo servirá para enredar más las injerencias extranjeras en el conflicto libio. Solo se puede conseguir una solución sostenible y genuina del conflicto libio en base al estado de derecho, el buen gobierno y la construcción de instituciones democráticas.

 

Salir del régimen de un dictador militar despótico para caer bajo el control de otro no es una opción viable.

 

Guma El Gamaty es un académico y político libio. Es el líder del Partido Tagyir y miembro del proceso de diálogo libio respaldado por la ONU.

 

Viñeta de Hani Madhar para el diario Al Hayat

 

Traducido del inglés por Leandro James Español Lyons en el marco de un programa de colaboración de la Facultad de Traducción e Interpretación de la Universidad de Granada y la Fundación Al Fanar.

Entradas recomendadas

Aún no hay comentarios, ¡añada su voz abajo!


Añadir un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *