Para hacer frente a la peligrosa crisis económica que sufre Iraq su primer ministro ha anunciado «una reforma ministerial profunda» para designar «ministros tecnócratas». El martes aclaró que «elegirá a los ministros siguiendo la lógica de los bloques políticos, según decreta la Constitución iraquí, de acuerdo a la representatividad democrática».
Es difícil hacerse una idea de la variedad del nuevo equipo de ministros teniendo en cuenta la difícil situación que atraviesa Iraq en varios frentes, teniendo en cuenta que Al Abadi ha decido elegir a los ministros siguiendo criterios sectarios y dentro de los mismos bloques políticos rechazados por los manifestantes iraquíes que responsabilizan a esos políticos de la actual situación.
Es difícil imaginar que Al Abadi vaya a conseguir ningún progreso en lo político o en lo económico simplemente cambiando de ministros, sobre todo teniendo en cuenta que hasta ahora ha fracasado al no haber realizado ninguna reforma real.
El 90% de los ingresos del gobierno iraquí proceden del petróleo que está a 30 dólares el barril cuando a mediados del año pasado estaba a 110 dólares. No se puede culpabilizar al primer ministro de este descenso del crudo pero sí de haber sido incapaz de plantear una alternativa que salve a Iraq de la quiebra a la que se acerca irremediablemente. Ha optado por mantener la «mafia de la corrupción» controlando lo que queda de las riquezas y recursos del país.
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Viñeta de Jáled al Baih
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