Rai al Yaum, 31/01/2018
Si una persona comete un error, debe tomar la iniciativa de pedir disculpas. Esa es la norma moral seguida no solo en el mundo árabe sino en todas partes, menos en Líbano, o mejor diremos, para no caer en las generalizaciones, en algunos casos y nos referimos en concreto al señor Yibril Basil, ministro de Exteriores de Líbano, quien ha dicho que el señor Nabih Berri, presidente del Parlamento, es “un macarra”. Basil pidió perdón pero no las disculpas necesarias para rebajar el nivel de indignación y congestión que dominan la escena libanesa en estos momentos.
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Las discrepancias entre la Corriente Nacional Libre, fundada y liderada por Aaún, y el Movimiento Amal del que es seguidor el señor Berri, presidente del Parlamento, amenaza con hacer estallar la tensión sectaria antes de unas elecciones legislativas decisivas cuya celebración está prevista el próximo mes de mayo, y podría colapsar la frágil coalición de gobierno que lidera Saad Hariri, generando una crisis política en el momento que menos le conviene al país.
En una de las posiciones cercanas al palacio de la Corriente Nacional Libre en Beirut, se desencadenaron enfrentamientos y tiroteos entre los partidarios de este movimiento y de Amal y en otros barrios de la ciudad y en localidades del sur como Nabatiyye se vivieron manifestaciones de ira durante las que se quemaron neumáticos y se pusieron barreras en calles principales. Los grandes incendios suelen empezar con pequeñas chispas y el pueblo libanés tiene muchos antecedentes y puede dar muchos ejemplos que lo confirman.
Viñeta de Amyad Rasmi para Al Sharq al Awsat
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