Omar Said
Mada Masr, 9/11/2017
La dimisión del presidente del gobierno libanés, Saad Hariri, hace unos días ha abierto la puerta a especulaciones y análisis políticos en un país que sufre desde 2006, tras la invasión israelí, una falta de estabilidad que lo sitúa más que nunca al borde del abismo.
Tras la dimisión de Hariri desde Riad, retrasmitida en exclusiva por la televisión saudí Al Arabiya, unos dijeron que se había producido como consecuencia de la presión saudí mientras otros vieron que la decisión había sido completamente saudí. En los análisis que relacionan la dimisión con lo que está sucediendo en la región, hay quienes consideran que la decisión daría cobertura a una ofensiva contra Líbano con el pretexto de hacer frente a la influencia de Irán en la zona, un argumento apoyado por EE.UU, el Golfo e Israel (…) El asunto no se queda en la dimisión de Hariri ni en la coerción ejercida sobre él para dimitir, sino que filtraciones políticas indican que el ya ex presidente del gobierno libanés podría encontrarse en arresto domiciliario en Riad por orden del heredero al trono saudí, Mohamed Ben Salmán, como ha publicado el diario libanés Al Ajbar (…)
Hemos hablado como Nahla Chahal, profesora de Ciencias Política y redactora jefa de la página electrónica Al Safir al Arabi
PREGUNTA: ¿Cómo ve el anuncio y el contenido de la dimisión de Saad Hariri?
PREGUNTA: La forma en la que fue anunciada su dimisión ha sido muy polémica en Líbano porque se cuestionó su constitucionalidad y su legalidad, pero esto no es lo importante pese a que mantener los mecanismos y las formas en el ejercicio del poder es algo necesario, de lo poco que le queda al Estado de las instituciones donde el poder practica el absentismo y es famoso por su grado de corrupción, y no solo en Líbano. En cuanto a lo que sucedió, Hariri dijo que se había sabido de una conspiración para asesinarlo lo que justificaría su dimisión desde el extranjero a través de una declaración hecha en televisión. No obstante, las autoridades de seguridades negaron de inmediato dicha conspiración, no solo el Ejército sino también el aparato de inteligencia sobre el que el propio Hariri ejerce una gran influencia.
(…)
P: ¿Usted vincularía la dimisión de Hariri con los grandes cambios que se están produciendo en el seno de la familia que gobierna en Arabia Saudí?
R: No creo que la dimisión tenga que ver con la limpieza de responsables del poder que se está produciendo allí, ni con la persona del heredero al trono, aunque estos cambios sean enormemente importantes porque afectan a los equilibrios familiares, e incluso tribales, que constituyen uno de los pilares del poder la familia Al Saud; el otro pilar serían las rentas del petróleo y el tercer pilar lo constituirían los lazos con las corrientes wahabíes.
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Viñeta de Nayi Benanyi para Al Arabi al Yadid
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