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Plancha de Mazen Kerbaj, extraído de « Short, la nouvelle bande dessinée arabe », Actes Sud BD.

 

Cuestiona sin complejos todos los encorsetamientos sociales, tratando manifestaciones, huelgas de servicios públicos, problemas con el hachís o con taxis o la presión policial y familiar

 

Théophile Pillault

 

Vice, 25/01/2018

 

Ya sea en un atasco en El Cairo, en una cama de hospital en Beirut o en la terraza de una cafetería en Argel, cada vez son más los que sacan sus lápices para contar su vida cotidiana con viñetas y bocadillos. “Se puede hablar de un nuevo cómic árabe”, se entusiasma Thomas Gabison, editor de Actes Sud. Tras un año pasando lista a los nuevos talentos árabes, Gabison ha seleccionado los que aparecen en Short 2.0, una antología publicada con ocasión del festival de Angulema, que homenajea al noveno arte del mundo árabe. Según el editor, “todos los artistas reunidos en este volumen son jóvenes y vienen de un mismo ambiente social, político y sobre todo artístico, que da un alma a sus historias. Lejos del exotismo, esta juventud se expresa con mucho estilo”.

 

“Nuestra libertad de tono es absoluta, ya que tenemos control absoluto sobre nuestros proyectos”,  Raphaëlle Macaron, dibujante libanesa.

 

Desde los años sesenta, artistas sirios, tunecinos o libaneses han buscado una “imagen árabe”. De hecho, estos jóvenes dibujantes no buscan romper con esta herencia, sino al contrario. La ilustradora argelina Rym Mokhtari asegura que “somos precisamente los primeros en homenajearles, en impulsar la idea patrimonial, incluso filial, de una gran historia del cómic árabe”.

Vice_2Mohammed Shennawy (Egypto), extraído de « Short, la nouvelle bande dessinée arabe »

 

No obstante, en el cómic árabe contemporáneo, cada uno se tiene que buscar las castañas. “El cómic no ha venido a mí, yo he tenido que ir a buscarlo. Dibujo desde niña pero solo de adulta he descubierto que el cómic podía ser un trabajo” cuenta la dibujante libanesa Raphëlle Macaron. Esto se debe a que la industria del cómic está muy poco desarrollada. Existen muy pocos editores y aún menos librerías especializadas. Así pues, “para que nuestros proyectos lleguen a ambos lados del mediterráneo, llenamos las maletas y hacemos llamamientos en Facebook para saber si a algún amigo o familiar que vaya a París le sobra sitio en la maleta” sonríe Macaron.

 

“El cómic árabe tiene fuerte tendencia a hablar de sociedad y política”, Thomas Gabison, editor

 

Desde la elaboración de las planchas a la impresión, pasando por la difusión y la promoción, los autores lo hacen todo ellos mismos. Una situación que les exige mucha energía pero que tal vez explique la increíble creatividad del cómic árabe, como aclara Raphaëlle Macaron: “nuestra libertad de tono es absoluta, ya que tenemos control absoluto sobre nuestros proyectos”. Pero añade: “Obviamente, no sería el caso en una editorial grande”.

 

Vice_3Othman Selmi (Tunisie), extraído de « Short, la nouvelle bande dessinée arabe »

 

Totalmente libre, para el cómic árabe no hay temas prohibidos. Cuestiona sin complejos todos los encorsetamientos sociales, tratando manifestaciones, huelgas de servicios públicos, problemas con el hachís o con taxis o la presión policial y familiar. El editor Thomas Gabison resume: “el cómic árabe tiene fuerte tendencia a hablar de sociedad y política”. Sin embargo, corren riesgos al enfrentarse a regímenes ultra-represivos. La revista Samandal, donde publica Macaron, ha sido llevada repetidamente ante los tribunales por las autoridades. “Nos han puesto una multa de casi 6000 euros o, en caso de incumplimiento, una pena de dos años y nueve meses de cárcel” explica la dibujante. Pero hará falta mucho más para que abandonen sus lápices, pues como asegura la joven dibujante, “desde la primavera árabe, ha aparecido toda una generación de creadores. ¡Necesita expresarse!”. Nos toca a nosotros escucharla.

 

Vice_4Raphaelle Macaron (Líbano), extraído de « Short, la nouvelle bande dessinée arabe »

 

Traducido del francés por Leandro James Español Lyons en el marco de un programa de colaboración de la Facultad de Traducción e Interpretación de la Universidad de Granada y la Fundación Al Fanar.

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