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Al Quds al Arabi, Yara Badr, 26/04/2014

 

De una forma constante, serena y con perseverancia el caricaturista sirio Akram Raslán criticó las herramientas con las que el gobierno sirio abordó los acontecimientos de Deraa y la insurrección siria que evolucionó en una revolución masiva en diferentes puntos del país. Con una valentía excepcional a la altura de lo que se le requería para romper los tabúes establecidos, las caricaturas de Raslán no tuvieron miedo a representar al presidente sirio Bashar al Asad, la máxima línea roja. Todavía hoy todos nosotros nos acordamos de los hechos que tuvieron lugar en 2007. El diario Biladuna, propiedad del hijo del actual embajador sirio en Jordania, Bahyat Suleimán, interrumpió su tirada durante tres meses debido a una publicación del caricaturista en sus páginas, y su redactor jefe fue entonces despedido. Ese día, el caricaturista no se puso en riesgo con la caricatura publicada hasta que publicó una donde aparecía el presidente sirio.

Raslán es un caricaturista cuyo posicionamiento le ha llevado, sin necesidad, a recurrir a técnicas ya empleadas como exagerar las dimensiones de las personalidades para provocar la risa o sobrecargar los dibujos con detalles que distorsionan la idea principal cuyo objetivo principal es, en principio, aclarar y explicar la obra. Pocos personajes y colores equilibrados y directos para hablar de su causa: el rechazo a la política del régimen sirio que adoptó la solución y militar en respuesta a las demandas de dignidad y libertad de la calle siria.

Los trabajos de Akram Raslán se caracterizan por una crítica sutil cargada de sarcasmo, y en ellos predomina un carácter de mayor gravedad en el marco de la forma trazada, escapando así al hoyo más famoso en el que se hunden los caricaturistas, para que así la viñeta pueda mantener su postura crítica y ejercer su papel de medio para la protesta pacífica. La respuesta a los dibujos de Raslán no tardó mucho. Las fuerza de los servicios secretos militares irrumpieron en la sede del periódico Al Fidaa (en Hama) donde trabajaba. Fue arrestado en su lugar de trabajo el 2 de octubre de 2012. Akram Raslán, nacido en 1974 en la ciudad de Surán provincia de Hama, se licenció en la Facultad de Letras de la Universidad de Damasco en 1996, y luego trabajó en la sede del diario oficial Al Fida, y en otros diarios árabes como Al Yazira Net.

Recientemente los medios de comunicación difundieron la noticia de su muerte en un campo de detención sirios, hecho que no se ha podido verificar. Sin embargo, dos perfiles en la red social Facebook que hacen causa común ante la situación de Raslán desmintieron los hechos. La red Avaaz ha puesto en marcha una campaña pidiendo a los organismos internacionales que presionen al régimen sirio para que explique de forma inmediata qué ha sido de él. El Centro Sirio de Medios de Comunicación y Libertad de Expresión ha hecho públicos dos comunicados en los que pedían al gobierno sirio que esclareciera el paradero de Raslán, y lo mismo han hecho otros organismos de derechos humanos internacionales.

Aparte de los informes de derechos humanos, la cuestión del caricaturista sirio detenido goza de reconocimiento y solidaridad internacional frente a la debilidad de la movilización de solidaridad con él en Siria, especialmente de intelectuales y caricaturistas sirios. No obstante, la Asociación de Expatriados Sirios en Grecia ha expuesto recientemente trabajos del artista. Sin embargo la mayor muestra de respeto hacia Raslán, estando ya detenido, fue el premio que le otorgó la Red Internacional de los Derechos de los Caricaturistas (CRNI) le otorgó en 2013. El comunicado emitido por el presidente del junta administrativa del CRNI, Joel Pett, decía: «el CRNI le otorga a Akram Raslán el Premio Anual a la Valentía de nuestra organización de caricaturistas como reconocimiento a su valentía excepcional al hacer frente a la violencia a través de sus dibujos y de su afán por contar únicamente la verdad».

El comunicado informaba de que Raslán podría haber sido juzgado ante el Tribunal de Terrorismo de Damasco acusado colaboración con grupos rebeldes, atentar contra la Constitución siria, humillar al presidente, incitar al cisma, hacer apología de la revolución contra el régimen público y dañar el prestigio del Estado sirio.

El CRNI pedía «al gobierno sirio que absuelva al señor Raslán de los cargos impuestos y que sea devuelto a su familia». Sin embargo, no obtuvieron ningún tipo de respuesta por parte de Siria. En el primer aniversario de la detención de Raslán, un grupo formado por los caricaturistas más famosos del mundo firmaron los dibujos del artista sirio para pedir su libertad en el Festival Saint-Just-le-Martel celebrado en Francia en octubre de 2013.

Entre los signatarios de una caricatura con 210 firmas destacan: el presidente de World Press Cartoon, Antonio Antunes (Portugal), el directo de la página web The Clage, Daryl Clage (EE UU), el caricaturista del diario Star Tribune, Steve Sack (EE UU), el caricaturista del diario NIN, Yugoslav Vlahovic (Serbia), la vicepresidente de FECO, Marlene Pohle (Alemania), el caricaturista del diario Nouvel Observateur, Pierre Wiaz (Francia). Como representantes de los caricaturistas franceses acudieron Philippe Moine, JAP y Brito, y por parte de los árabes el caricaturista del periódico Al Hayat, Habib Haddad y el egipcio Geoge Bahguri.

Akram Raslán fue arrestado hace más de un año por ejercer de forma pacífica su derecho constitucional de libertad de expresión y opinión, derecho contemplado en todas las leyes y convenios internacionales. A día de hoy no se sabe nada acerca de su paradero o de su vida, ni si ha sido trasladado a una prisión civil. Por su parte el gobierno sirio no ha hecho ningún anuncio en el que figuren acusaciones directas hacia él. Tampoco su familia lo ha visto desde su detención.

 

Traducido por María Isabel Escribano dentro del programa de colaboración con la Universidad de Granada.

 

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