Haifa Zangana
(…) Turquía se precipitó a firmar un acuerdo imprevisible con Irán, apartándose a la espera de ver qué traen los acontecimientos en la ciudad de Kirkuk.
EE.UU. también optó por quedarse a un lado, tras declararse neutral dos días antes del referéndum, dejando a Barzani con una mano delante y otra detrás tras haber caído en la trampa de las promesas estadounidenses-israelíes (a través de sus asesores Zalmay Mamozy Khalilzad y Galbraith) y francesas (a través de Kouchner y Lévy). Barzani entendió la amistad de algunos responsables de esos países como un apoyo político internacional creyendo ilusoriamente que esa amistad revertiría en el interés del país.
Así que no es de extrañar que Qasem Suleimani, comandante de la Fuerza Quds, avanzara hasta convertirse en el mando real de la operación de introducción de las milicias de Al Hashad al Shaabi en la ciudad del petróleo y en otras localidades en cuestión de horas. El representante de Irán en Iraq, Hadi al Amiri (Organización Badr) y Mehdi al Muhandis (Hezbolá) posaron bajo la bandera de Iraq en una foto sacada para consumo mediático, bajo el titular de la “liberación de Kirkuk”, mientras en todas partes, hasta en la maquinaria militar, ondeaban las banderas de las facciones milicianas armadas, que se reproducen como los conejos, activas y con una inmunidad sin par al margen de la ley, y que representan un peligro tal que convierten en un juego de niños el peligro que representaría Barzani para la unidad de Iraq y la victoria y la liberación de las ciudades de las milicias que nos pretende hacer creer Haidar al Abadi.
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Viñeta de Amyad Rasmi para Al Sharq al Awsat
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