Omar Ahrashán
Ahora que ha acabado la manifestación de Rabat del día 13 de marzo, podemos abrir un diálogo calmado al margen de la manipulación de las imágenes y las cifras cuya verdad todo el mundo parece conocer, lejos del lenguaje nacional de las acusaciones de traición y del desprecio en un tema en el que esas acusaciones de traición suponen jugar con fuego. Abramos un diálogo lejos de clima de convulsión que no aporta soluciones.
La MAP situaba el número de participantes en la manifestación en 3 millones (¡¡¿¿??!!), una cifra muy exagerada, ya que la cobertura directa de la televisión y las imágenes de zoom confirmaban que ese número era muy inferior, y eso lo sabe cualquiera que conozca las maneras tradicionales para calcular el número de participantes en una manifestación. (…).
El denominador común en la manifestación de ayer fue la falta de organización: la multitud caminaba perdida sin orientación, había varias cabeceras de la marcha, los líderes de los partidos tardaron más de dos horas en aparecer, y esa es la consecuencia natural de una manifestación que no sabemos qué frente convocó, que se organizó deprisa, lo que no ayuda a hacer llegar el mensaje a la ONU. (…).
En cuanto al discurso, se mantuvo el lenguaje de los insultos contra Ban Ki-moon en una incitación gratuita que ensucia la imagen de Marruecos y los marroquíes. (…).
Ban Ki-moon se equivocó al emplear el adjetivo de “ocupante” para referirse a Marruecos, porque hay otros términos alternativos y porque los textos de la ONU se refieren al Sáhara como una “zona en litigio”. También se equivocó el secretario general de la ONU al hablar del número reducido de los habitantes de Tinduf sin un censo oficial como el que pide marruecos. Pero nada de esto justifica que se enmiende un error con otro peor.
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Cuando hablamos de democracia como punto de partida, confirmamos que cuanto más amplio sea el margen de democracia en nuestro país, más fuerte será la posición negociadora de Marruecos porque esa democracia supone respeto a los derechos humanos, incluido el respeto de los derechos de quienes apoyan la tesis separatista, así como unas elecciones transparentes que den lugar a instituciones que sean verdaderamente representativas, que tengan credibilidad popular y legitimidad para que se negocie y hable en nombre de los saharauis.
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Viñeta de Jáled Gueddar para Hespress
1 Comentario
No es necesario pasarse o hacerse pasar por intelectual para criticar o encontrar motivos para criticar el sistema valiendose de los perjuicios de los demas y no por meritos propios,creo que reunir a tanta gente en una manifestacion convocada apenas 24 horas de antelacion tiene todo su merito