Hani Abbás_Yazira

Nawaat, 21/09/2016

Mohamed Samih Beyi

El Parlamento europeo aprobó el pasado 14 de septiembre un paquete de “medidas relativas a las relaciones de la Unión Europea con Túnez en el actual entorno regional” en varias vertientes de la cooperación, la coordinación y las ayudas a nivel político, económico y social, sin olvidar la dimensión militar y de seguridad.  La última reunión del Parlamento y su bendición del fortalecimiento de la cooperación mixta militar y de seguridad hay que contextualizarlo en la evolución de las relaciones bilaterales a ese nivel a raíz del caos securitario en Libia a partir de 2011 y del aumento del peligro terrorista en Túnez y en la Unión Europea; también concuerda con aquello de lo que informó nuestro medio anteriormente, a saber, la creación de un centro de inteligencia de la OTAN en territorio tunecino, un proyecto que se ha intentado adornar hablando de “entrenamiento y apoyo logístico”.

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La “lucha contra la emigración clandestina” fue el aparente punto de partida de la idea de intensificar la cooperación militar y de seguridad con los países del sur del Mediterráneo, que era el principal punto de origen de las grandes oleadas de emigración clandestina hacia las costas del sur de Europa, especialmente desde 2011 (…). El documento con las medidas aprobadas por la Unión Europea indica la dimensión de la preocupación por la situación de seguridad en Túnez y en Libia, y son reflejo de la movilización internacional por lo que se considera una amenaza real y directa para sus intereses.

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Nawaat publicó el pasado mes de febrero un documento WikiLeaks que hablaba del proyecto europeo SOFIA para incrementar la presencia europea en el sur del Mediterráneo con el argumento de la emigración ilegal; pero el proyecto no se limita a establecer los mecanismos para frenar las oleadas de seres humanos que huyen del infierno de la guerra en Libia o Siria, o de la crisis económica tunecina, sino que legitima una intervención militar en territorio libio si así lo requirieran la seguridad y los intereses de Europa. El pasado mes de julio publicamos un artículo sobre el desarrollo de la relación de Túnez y la OTAN y sobre la posibilidad de que este organismo ubicara un centro de inteligencia en ese país. Las reacciones del Ministerio de Defensa y de la OTAN no se hicieron esperar, y anunciaron que ese centro “entraba dentro de la nueva estructura de un sistema de datos militares que sintonizaba con la decisión del presidente de la República tunecina, Bayi Qaed Sebsi, de remodelar al ejército nacional, crear una escuela especializada en inteligencia y seguridad militar y una agencia de inteligencia, seguridad y defensa”. Ambas partes afirmaban que el papel de la OTAN se reduciría a “ofrecer su experiencia, formar a los agentes de seguridad en ese ámbito y formar a las tropas tunecinas en los programas, técnicas y estándares empleados para recopilar, analizar y hacer llegar la información”. Esta reacción se produjo en paralelo al anuncio de unas maniobras de la marina con diversos objetivos en el Mediterráneo a fin de garantizar la seguridad de este mar, recopilar datos de la situación allí y luchar y reforzar el potencial y las capacidades materiales y logísticas en la lucha antiterrorista”

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La cooperación en materia de seguridad e inteligencia entre los aparatos tunecinos y sus homólogos de la Unión Europea y EE. UU. no nació de los cambios políticos que se produjeron en 2011, sino que se remonta a décadas pasadas, y fue resultado de las opciones políticas del régimen tunecino tras la guerra fría, aunque esa cooperación consolidó tras los atentados del 11-S y el anuncio de la guerra contra las organizaciones yihadistas en Afganistán y en otros puntos. Pero sí es cierto que se ha producido un cambio destacado en la historia de esas relaciones como han demostrado los acuerdos y pactos abiertos que han cerrado los gobiernos que se han sucedido en el poder en Túnez desde 2011, y que rompen las habituales reglas de la acción diplomática tunecina.

Si necesita una traducción de este artículo, puede solicitarla en el siguiente correo electrónico: contacto@fundacionalfanar.org

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Viñeta de Hani Abbás para Al Yazira

 

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