Arab Center for Research, 06/11/2016
La Seguridad Presidencial, encargada de la seguridad de los palacios y las sedes de la presidencia en Trípoli, anunció el 18 de octubre de 2016 su escisión del Consejo de Estado del Gobierno de Unidad Nacional presidido por Faiz Sarrach. Esta decisión desencadenó la tensión en la capital ya que días antes el presidente del destituido Gobierno de Salvación había anunciado movimientos contra el ejecutivo de Sarrach, y había emitido un comunicado según el cual brigadas afines a su persona se habían hecho con el control del Consejo Supremo del Estado en el centro de la ciudad con la intención de cambiar el rumbo de los acontecimientos y sacar al país del “infierno de la corrupción y la anarquía”.
Estos movimientos reflejan hasta qué punto es grave el enfrentamiento entre los distintos bandos y fuerzas políticas y militares de la arena libia. Cada uno de esos bandos hace esfuerzos por imponer su poder y cambiar la ecuación de fuerzas a favor de sus intereses, y esta situación abre las puertas a la probabilidad de un colapso global de la seguridad que anularía el acuerdo político firmado por los bandos del conflicto en Sjirat (Marruecos) el 17 de diciembre de 2015, y que puso a cero un conflicto civil en el que confluyen dimensiones tribales y regionales, y chocan los intereses de las potencias regionales y mundiales en una región de gran importancia.
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No cabe duda de que la agitación política y militar libia no solo tiene que ver con el comportamiento de las fuerzas internas principales (Gobierno de Unidad Nacional, Parlamento de Tubruk, el Gobierno provisional, las tropas de Jalifa Haftar, las brigadas de Misrata, las brigadas y milicias de toda tenencia y el Gobierno de Salvación) sino también con fuerzas regionales, árabes y no árabes, presentes en la escena libia para enterrar los acuerdos de Sjirat e imponer el hecho consumado en el país.
Cualquier movimiento de las tropas de Haftar hacia la capital, Trípoli, contará con el apoyo de esas fuerzas como sucedió en el creciente petrolero, y significará que el país iniciará una nueva etapa de enfrentamientos militares y sangrientos entre las tropas de Haftar y las brigadas de Misrata que son las mejor entrenadas y armadas, y que han hecho grandes sacrificios en la batalla por la liberación de Sirte del puño del Daesh; esta situación tiraría por tierra el acuerdo de Sjirat y devolvería al país a la casilla de salida.
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Viñeta de Jairi Sherif para la página electrónica Al Wasat
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