Las últimas filtraciones que han sacado a la luz la conspiración de los generales del Ejército y la policía de Egipto contra el presidente depuesto, Mohamed Mursi, no son una novedad, y solo confirman lo que ya sabemos: que el juicio a Mursi y a los líderes de los Hermanos Musulmanes es una farsa inventada de cabo a rabo. Lo sorprendente es el bajo nivel de ideas, lenguaje y maneras de esos generales que hablan en las filtraciones. El gran protagonista de esta farsa es el general Mamduh Shahín, el consejero jurídico del Consejo Militar gobernante, ese hombre que salió en todas las cadenas de televisión durante la primera era del gobierno militar después de la caída de Mubarak. Shahín fue elegido para desempeñar un papel de peso en el asunto de la prohibición del grupo de los Hermanos Musulmanes y en el juicio a Mursi porque es un «funcionario comprometido» que sigue las reglas burocráticas egipcias.
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