Amyad Rasmi, confinamiento, SH

Yusuf  Benasiría

Raseef 22, 31/03/2020

 

A la aparición de los primeros casos de coronavirus en Marruecos, las autoridades decretaron una serie de medidas preventivas, la más estricta de las cuales fue la declaración del estado de emergencia sanitaria el pasado 20 de marzo, y el establecimiento de un toque de queda dentro del país durante un mes entero.

Los ciudadanos apreciaron las decisiones tomadas por el gobierno para hacer frente a la pandemia, que se ha demostrado audaz y riguroso desde el principio. No obstante, la tranquilidad se transformó rápidamente en desesperación y preocupación entre los marroquíes, especialmente entre aquellos que trabajan en sectores no regulados.

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Para Hisham, un camarero de Casablanca,  la cuarentena es un arma de doble filo que “protege al país de la propagación de la epidemia, pero también limita la forma de ganarse la vida de las familias marroquíes. La cena del trabajador y su familia depende de lo que trabaje a diario.”

Su pequeña familia pasó las primeras semanas de la cuarentena sanitaria con paciencia, tirando del dinero ahorrado, porque los trabajadores de los cafés cobran al día. Por eso Hisham denuncia la demora del anuncio de medidas que alivien la situación de miles de familias que sufren esa crisis económica que tanto les preocupa.

Con las continuas campañas que piden a los ciudadanos que se queden en sus casas en un acto solidario contra la pandemia, ha aumentado la presión en el campo de los derechos humanos: se exigen ayudas para las familias que han dejado de trabajar y una compensación mensual a los empleados de empresas públicas o privadas de 2.000 dírhams marroquíes (200 dólares estadounidenses).

A esto se suma el anuncio del gobierno del pasado 27 de marzo según el cual el resto de familias marroquíes se beneficiarán de una ayuda financiera que oscila entre 800 y 1.200 dirham marroquíes (80 y 120 dólares estadounidenses), dependiendo del número de miembros. Esta ayuda llegará a través de la tarjeta de asistencia sanitaria, aunque el gobierno no explicó cómo llegará a aquellos que no tienen dicha tarjeta y que constituyen la base más amplia de la sociedad.

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Jadiya Riyadi, miembro de la oficina central de la Asociación Marroquí de Derechos Humanos, señaló que muchos grupos sociales están “muy afectados por las medidas tomadas respecto al cierre de comercios cuyos propietarios se ven privados de sus ingresos diarios.” Entre esos sectores más afectados están los que no trabajan para empresas y no pueden beneficiarse de una compensación mensual y los que no están adscritos al sistema de asistencia sanitaria, así como quienes no disponen de vivienda y viven en la calle, y los inmigrantes irregulares.

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Viñeta de Amyad Rasmi para Al Sharq al Awsat

 

Traducido del árabe por Luis Serrano Lora en el marco de un programa de colaboración de la Facultad de Traducción e Interpretación de la Universidad de Granada y la Fundación Al Fanar.

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