Fares al Jattab

Al Quds al Arabi, 11/07/2017

 

Mosul ha sido liberada y la victoria sobre el Daesh ha sido anunciada tras una amarga y sangrienta contienda que ha durado más de 9 meses seguidos (…) una victoria a costa de miles de civiles muertos, no solo por el fuego sin piedad del Daesh, sino asesinados también por los volcanes, los fuegos del infierno lanzados por los aviones de la coalición internacional, por los cañones y misiles de las tropas iraquíes y de Al Hashad al Shaabi, sobre casas y barrios de la ciudad sin distinguir entre un objetivo terrorista y viviendas de civiles donde se reunían en momentos de miedo, a la espera de la muerte o de lo desconocido.

 

Mosul ha sido liberada y la victoria anunciada, sí, pero ¿qué va a pasar ahora? ¿Qué se va a hacer con decenas de tribus árabes que rindieron pleitesía al Daesh y que posiblemente han combatido con la organización terrorista durante todo este periodo, o incluso antes? ¿Se les va a matar, se les va a hacer desaparecer por daeshíes? ¿Y qué van a hacer con las mujeres y niños de esas tribus, qué va a pasar con sus ancianos?

 

Mosul ha sido liberada pero los kurdos han ido quitándole trozos que ellos consideran parte del Estado kurdo sobre el que habrá un referéndum el próximo mes de septiembre. Y lo mismo han hecho, y van a hacer, los señores de la guerra de Al Hashad al Shaabi, punta de lanza de la Guardia Revolucionaria iraní y de Teherán, al acecho en la ciudad desde hace centenares de años.

 

Mosul ha sido liberada y con su liberación cambiarán las reglas del juego en Iraq; EE.UU. va a regresar como fuerza hegemónica sobre el terreno y ahora, en lugar de hacer frente a las operaciones de la resistencia iraquí, como las que hubo entre 2003 y 2011, será la piedra de toque de esas mismas fuerzas a las que combatió y a las que asestó dolorosos golpes y provocó grandes pérdidas; los promotores de la reconciliación, de la descentralización y del sectarismo competirán entre ellos para ganarse la amistad de los generales y los mandos americanos sobre el terreno y en las conferencias que se celebren en distintas capitales para tratar (reordenar) la situación en Iraq. Washington controlará en gran medida los supremos asuntos de la gestión política del país permitiendo a las otras fuerzas, sobre todo a Irán, jugar a sus anchas y conseguir los cambios demográficos y religiosos que deseen en el país.

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