Irán, aunque aparenta tener todo bajo control, sufre graves problemas como consecuencia de las sanciones estadounidenses, sobre todo las que impiden transferir dólares al Banco Central de Irán y a otros bancos e instituciones iraníes porque eso significa que lo que se consigue de las ventas del crudo iraní, que se hacen exclusivamente en dólares, no acaba en las arcas del Banco Central. Por este motivo las autoridades iraníes están dispuestas a hacer concesiones dolorosas, tanto en el expediente nuclear iraní como en el tema del control sobre Siria, Iraq, Líbano y Yemen, o de lo contrario puede producirse de forma casi segura un colapso de la economía iraní y de su revolución popular. Teherán ha hecho concesiones en el tema nuclear, aunque no se ha llegado a un acuerdo con EE. UU. y Occidente en general. Y en Iraq, se tenía que haber producido un reequilibrio de poder entre chiíes, suníes y kurdos cuando lo que se ha producido realmente es un equilibrio en el control del país entre EE. UU. e Irán. En este tema ha habido un avance pero Teherán quiere seguir dominando. Y Siria podría aceptar una solución que lo mantenga como fuerza decisiva pero abierta a un acuerdo interno.
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