04-09-14_AL MADA

Esto no es «Todos los hombres del presidente», la famosa película estadounidense, sino todos los rostros de la crisis de Iraq cuyo primer ministro se hizo ayer con el apoyo del Parlamento para su nuevo gobierno sin haber asignado las carteras de Defensa e Interior.

Si pasamos revista a la formación del nuevo gobierno, a los vicepresidentes y al primer ministro, queda claro que el Parlamento no ha dado su confianza a un nuevo ejecutivo sino que ha legitimado a todos los rostros de la crisis. No se trata de un gobierno de consenso sino de un gobierno que refleja el volumen de la crisis y la división, que demuestra que los líderes iraquíes no son conscientes de la magnitud de la situación del país, y que lo que realmente quieren es hacerse con un consenso internacional, temerosos de las repercusiones del EI, para que haya una intervención en Iraq.

Lo que está sucediendo en Iraq demuestra que no estamos ante políticos, líderes o partidos que hayan entendido la crisis, sino ante grupos que vieron que su interés estaba en logros temporales y en evitar en la medida de lo posible pérdidas personales. Lo que desvelan los nombres de los miembros del gobierno y de los vicepresidentes es que en Iraq todos querían ponerse a resguardo ante una peligrosa tormenta que puede dejar pérdidas y beneficios de volumen impredecible.

La vuelta de Ibrahim Al Yaafari, Adel Abdel Mehdi, Osama Nuyeifi y Baqer Yabr al Zubaidi significa que Iraq no ha superado la crisis sino que ha decidido «reciclarla» a la libanesa. El nombramiento de Iyad Alaui y Nuri al Maliki como vicepresidentes y de Zibari como viceprimer ministro, demuestra que el nuevo ejecutivo iraquí no es un gobierno de reconciliación ni de solución, ni siquiera un gobierno tecnócrata, sino el gobierno de todos las rostros de la crisis que tranquilizará a todo el mundo pero no levantará el país ni evitará una peligrosa crisis. ¿Cómo es posible tratar por igual a Alaui y a Maliki después de todo lo que este ha hecho al país? Es la confirmación de la magnitud y la peligrosidad de la crisis política y sectaria de Iraq. Todo el mundo anda preocupado por intereses mezquinos pero no por el país.

Lo que confirma esta lectura de la situación actual de Iraq es la falta de acuerdo sobre el nombramiento de los ministros de Defensa e Interior, las dos carteras más importantes dadas las amenazas del EI y la proximidad de una intervención militar estadounidense. ¿Cómo es posible que los políticos iraquíes coincidan en la necesidad de proteger al país de la amenaza del EI y no puedan ponerse de acuerdo sobre las carteras de Interior y Defensa? Formar gobierno y darle la confianza con todos esos nombres y caras sin nombrar a los ministros de Defensa e Interior es como ir a hacer la compra con una lista pero sin dinero ni tarjetas de crédito. ¿Cómo va a luchar Iraq contra el EI sin esos dos ministros?

La nueva formación política iraquí es sólo un reflejo de la profundidad y la gravedad de la crisis, una prueba del tamaño de la desconfianza entre los componentes iraquíes que requiere una reconciliación seria, no simbólica.

 

 

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