Bashir Abdelfattah

La entrada de Rusia la crisis siria ha complicado más la situación, sobre todo para Ankara tras el derribo por un F-16 turco de un caza Sukhoi 24 ruso en noviembre pasado. Moscú ha impuesto sobre Turquía una serie de sanciones económicas y militares que incluyen las exportaciones de gas  ruso, por lo que Ankara ha tenido que buscar alternativas en Azerbaiyán, Qatar e Israel. Al mismo tiempo Rusia ha desplegado baterías de misiles de última generación S-400 con lo que se han esfumado las pretensiones turcas de crear una zona de seguridad en el norte de Siria.

La política «cero problemas» turca ha fracasado porque vive en medio de un mar de enemigos, competidores y adversarios. Sus relaciones con Irán, Rusia, Iraq, Egipto, Grecia e Israel son tensas. En concreto las relaciones con Bagdad han empeorado por la cuestión de la presencia de las tropas turcas en territorio iraquí contra la voluntad de Bagdad por lo que ha recurrido al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.

Las presiones estadounidenses y occidentales sobre Ankara son constantes para que reconduzca las relaciones con Tel Aviv. Finalmente este cúmulo de circunstancias ha llevado a Erdogán a tomar la iniciativa de volver a normalizar las relaciones con Israel sin exigir ninguna condición desorbitada.

 

Si necesita una traducción de este artículo, puede solicitarla en el siguiente correo electrónico: contacto@fundacionalfanar.org

Pueden consultar más de 170.000 artículos de prensa árabe en español en el Fondo documental Al Fanar

Entradas recomendadas

Aún no hay comentarios, ¡añada su voz abajo!


Añadir un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *