Prosiguen las protestas por las destituciones de funcionarios militantes de Justicia y Espiritualidad, el grupo con referente islamista más fuerte de Marruecos. La Administración ha tomado una serie de medidas para alejar a esos funcionarios de responsabilidades en los ministerios de Educación y Agricultura.
Mustafa Brahma, secretario nacional de Vía Democrática (izquierda radical), ha declarado que, con esas medidas, el Estado está jugando con fuego, y que el cerco que está sufriendo el grupo se debe a que “las opciones políticas de Justicia y Espiritualidad y de su propio partido, de oposición al Majzen, molestan al Estado que mantiene una práctica de acoso a cualquier oposición, jugando con fuego. No puede haber sociedades sin un marco político, y los partidos políticos que deberían llevar a cabo ese papel han sido domesticados y han pasado a ser partes de la estructura del régimen”.
En opinión de Brahma, la pérdida de función de los partidos dará lugar a “un choque directo entre el pueblo y el régimen ante la ausencia de marcos políticos opositores que puedan contextualizar el ámbito opositor al ámbito oficial” y añade: “El acoso que sufre Vía Democrática y Justicia y Espiritualidad, pese a todas las diferencias que hay entre nosotros, está absolutamente injustificado”.
La escritora de izquierdas Latifa Buhsini, denuncia la “complicidad a través del silencio” de la cúpula marroquí hacia esas destituciones que afectan a miembros de Justicia y Espiritualidad, y son medidas similares a las tomadas por el régimen de Ben Ali en Túnez contra sus opositores.
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Viñeta de Buali para el diario Hespress
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