Abdelbari Atuán, Rai al Yaum, 25/04/2016
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Los más destacado de la Visión Arabia Saudí 2030, presentada en una entrevista de dos partes concedida por el príncipe Ben Salmán, heredero del heredero al trono saudí, en el canal de televisión Al Arabiya, es la venta de “menos” del 5% de las acciones de Aramco (la gallina de los huevos de oro), la petrolera más rica del mundo, a través de una OPI local e internacional con el fin de crear un fondo soberano que, según el príncipe, controlará el 10% del potencial inversor del planeta. En la entrevista el emir reconoció por primera vez que su país es el tercer Estado del mundo en gasto militar y que “su visión” tiene como objetivo que la industria local cubra el 50% de la demanda y que para ello obligará a las empresas exportadoras occidentales a crear fábricas en el país como condición en los contratos de armamento. También anunció un aumento del número de peregrinos en los lugares santos, de 8 millones a 30 millones en 2030 lo que aportará grandes ingresos al reino. El heredero del heredero al trono también se compromete a reducir la tasa de desempleo del 11,6% al 7% en unos años, y a abrir el turismo a todo el mundo de acuerdo a consideraciones saudíes, aunque no especificó a qué consideraciones se refiere.
La visión propuesta por el príncipe Ben Salmán, considerada una hoja de ruta de futuro, puede parecer muy “brillante” sobre el papel, o en la pantalla de una televisión (suya, por cierto) donde no se le hizo ninguna pregunta embarazosa como era previsible. Pero cuando una visión así se lleva a la práctica, los resultados pueden ser completamente opuestos como pasó en el caso de otras “visiones militares” como la de Yemen, o la guerra por delegación contra Irán en Siria.
Esta visión para el 2030 debería haber sido aplicada antes de que Arabia Saudí se metiera en las guerras actuales, y podría haber reforzado la posición interna, política, económica y social del reino. Además esta visión es incompleta porque no contempla una reforma política ni un plan de modernización de los distintos sectores soberanos, como la justicia, la justicia social o la lucha contra la corrupción. El príncipe Ben Salmán tampoco tocó el tema de la mujer y su papel en esos sectores soberanos y en la sociedad.
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