Al Nahda partido civil_Willis

Al Sharq al Awsat, 23/05/2016

Abderrahmán Rashed

El sheij Rashed al Ganushi es una personalidad líder en la arena de acción del islam político. Pertenece a una minoría, como el difunto líder sudanés Hasán al Turabi, con presencia y capacidad para cambiar la trayectoria de los movimientos y gobiernos islamistas con el objetivo de salvarlos de sí mismos, de salvar la zona de sus proyectos de hegemonía en el poder.

Pero hay dos versiones diferentes del sheij. Hay un Ganushi cuyo discurso va dirigido a Occidente, y un Ganushi que es el presidente del partido tunecino Al Nahda.

Coincidiendo con el décimo congreso de Al Nahda celebrado estos días, Ganushi dijo al diario francés Le Monde: “Al Nahda es un partido político, democrático y civil con un referente de valores civilizacionales islámicos y modernos. Nos estamos dirigiendo hacia un partido que se dedicará solamente a la actividad política. Saldremos del islam político para entrar en la democracia musulmana. Somos musulmanes democráticos pero no nos definimos dentro del islam político. Queremos que la actividad religiosa sea totalmente independiente de la actividad política. Esto es bueno para los políticos, porque en el futuro no se preocuparán de usar la religión con fines políticos, y también es bueno para la religión porque no será rehén de la política ni será usada por los políticos”, palabras formidables en un tiempo que necesita propuestas de ese tipo.

Por otro lado, Ganushi lo escuchamos en un discurso que dio ese mismo día: “Nos resulta extraño el empeño de algunos en eliminar la religión de la vida nacional pese a que los líderes del movimiento nacionalistas históricamente perseveraron en nuestra religión, el islam verdadero y tolerante”.

Nos confunde que Al Ganushi diga cosas contradictorias en un mismo día. Con la vida nacional se refiere a la labor política y estas últimas palabras niegan que quiera que haya una separación de la religión y la política, mientras que en su conversación con los franceses dice lo contrario.

La mayoría de las personas que trabajan en los otros partidos son también tunecinos, nacionalistas y musulmanes, pero Al Nahda quiere presentarse como el representante del islam. Y ahí radica la diferencia: el islam es un dogma constante mientras que la política es la acción civil variable (…).

Y pese a esta contradicción, las palabras de Al Ganushi han sido recibidas con entusiasmo y aplaudidas en los medios de comunicación y las redes sociales por pensadores y políticos, que las consideran una transformación ideológica e histórica importante, y creen que el sheij, con este pensamiento, llevará no solo a Túnez, sino a todo el mundo islámico, hacia un proyecto de modernización del concepto y de la función del islam político, pues sus palabras reflejan un pensamiento evolucionado y avanzado que no tienen los sheij del islam político, aunque no sabemos si creernos al Ganushi de Le Monde o al de la “Nahda religiosa tunecina”, pese a que no sea el único que hace un discurso político doble.

¿Por qué los líderes “moderados” emplean discursos contradictorios? ¿Es una política de disimulo? ¿O una forma de venderse y de vender a sus partidos a Occidente? ¿O es que realmente están viviendo un momento de contradicción?

(…)

Si necesita una traducción de este artículo, puede solicitarla en el siguiente correo electrónico: contacto@fundacionalfanar.org

Pueden consultar más de 170.000 artículos de prensa árabe en español en el Fondo documental Al Fanar

Viñeta de Willis from Tunis

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