Amín Ben Masuud

(…) Una de las primeras fases del aborto de una revolución arranca de la idea de conmemorarla, cuando la revuelta se convierte en una mera etapa histórica de la vida de la nación en la que esta es rememorada y los mártires del despotismo y la corrupción llorados, sin que se cumpla ninguna de las demandas sociales, económicas ni políticas, ni siquiera la estrategia política, por las que estalló la revolución. El “folclore” del 14 de enero y su transformación en una festividad nacional en la que se levantan banderas, el país se adorna con los colores de la república, se repiten canciones nacionalistas y se celebran manifestaciones, que comienzan con suspiros y terminan con las acusaciones de traición que intercambian unos cuantos grupos desperdigados, es una de las cosas que más dañan la verdad de la revolución. El “folclore” encierra el suceso en la forma, lo acorrala en la apariencia, genera la falsa sensación de satisfacción colectiva porque a los mártires se les concede un día al año en lugar de que se les haya dado el derecho a vivir todos los años, toda la vida.

¿No resulta paradójico que el nuevo gobierno les quite a los mártires y los heridos la única cartera ministerial que se les había destinado (la Secretaría de Estado para los heridos y mártires de la revolución) unos días antes de la conmemoración del quinto año de la revolución, que también celebran unos rostros anulados, desempleados sin esperanza en encontrar un trabajo o en que se garanticen unos mínimos de dignidad humana (…)?

Si necesita una traducción de este artículo, puede solicitarla en el siguiente correo electrónico: contacto@fundacionalfanar.org

Pueden consultar más de 170.000 artículos de prensa árabe en español en el Fondo documental Al Fanar

Entradas recomendadas

Aún no hay comentarios, ¡añada su voz abajo!


Añadir un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *