Ibrahim Rifi

La nueva novedad de Netflix para los amantes del mundo, la lengua y el cine árabe es sin duda el estreno de la miniserie jordana “Escuela para señoritas Al Rawabi” escrita, dirigida, protagonizada y filmada  por mujeres como defiende su directora Tima Shomali.

“Intimidación, acoso, injusticia, corrupción y personajes femeninos fuertes, una mezcla más que suficiente para provocar polémica sobre la última serie jordana presentada por la plataforma Netflix” así comienza su crítica sobre la serie la periodista jordana Gada Kamel en la plataforma informativa Raseef22.

Ambientada en una escuela para chicas de la alta sociedad jordana, Tima Shomali, la directora de esta ficción de seis capítulos aborda serios problemas sociales como el acoso escolar, el machismo y la venganza. La serie está generando mucho debate y polémica en Jordania y está siendo criticada por “contribuir a distorsionar la imagen” del país.

Más allá de esas polémicas, en una entrevista para Raseef22, su directora, quien asegura que este proyecto con el que siempre había soñado le ha costado años de trabajo y compromiso, apela a navegar dentro de la serie, en sus ideas y su mensaje, y asegura: “echaba en falta series o películas que abordasen problemas de las chicas jóvenes, nunca me sentí identificada con las producciones disponibles. Las películas y series árabes dirigidas al público joven, especialmente a las chicas jóvenes, eran escasas y limitadas y fue ello lo que me empujó a crear”, explica Shomali. 

El acoso escolar es el principal catalizador de las cosas que suceden en la escuela para chicas Al Rawabi. A través de la historia de Mariam, una de las protagonistas, se va trazando el día a día de una adolescente asediada, humillada y sometida a diversas formas de violencia con todo lo que eso conlleva para su familia y su salud mental. Pero Shomali ha conseguido otorgar una complejidad a los personajes huyendo del maniqueísmo tan propio de las series de adolescentes, creando grupos de fans online por todo el mundo de cada una de las protagonistas. 

Una cuestión verdaderamente peligrosa y cada vez con mayores consecuencias negativas para las vidas de los adolescentes en todo el mundo, y abordada especialmente en esta serie, es la de la variante virtual del acoso o cyberbullying. En esta producción se confirma cómo en milésimas de segundo, cualquier información, imagen o video difamatorio y que viola el derecho a la integridad moral de la víctima es difundido masivamente a través de las redes sociales llegando a decenas de personas con el fin de causar el mayor daño posible. 

En la serie se abordan otras realidades más propias de la realidad política y social de Jordania como el clasismo y la institucionalización de la corrupción, aunque sean fenómenos extensibles a otros países y zonas geográficas. “¿Acaso sabes con quién estás hablando?” o “Soy capaz de cerrarte esta escuela” son frases oídas en la serie que constatan el poder que pueden llegar a tener ciertas personas bien relacionadas política o socialmente, y el abuso que pueden hacer de su posición con el consiguiente servilismo de quienes les rodean. 

En un artículo para Al Jazeera, la crítica de cine Salma Nabil desvela que los seis episodios de la serie están inspirados en incidentes que la propia Shomali vivió o presenció en su entorno. El acoso sexual también es abordado en esta producción, de forma explícita y con gran impacto visual y psicológico para los espectadores y para la propia trama. La escena en la que una de las protagonistas sufre acoso es una ocasión para denunciar no solo la impunidad de los agresores sino también la connivencia de toda una sociedad.

El patriarcado en toda su dimensión, es brutalmente atacado en la producción, obviamente contextualizado en determinada  realidad cultural y social, pero otros aspectos vinculados a ese patriarcado como la cultura del honor, la segregación sexual, el control del cuerpo de las mujeres, las presiones familiares y la intromisión en el derecho a la intimidad y a la individualidad son también blanco de Tima Shomali. 

“Con la participación de las guionistas Shirin Kamal e Islam Shomali, hemos querido crear un mundo de fantasía lleno de drama y secretos que cuentan historias de jóvenes de secundaria que arrojan luz sobre los desafíos y problemas a los que se enfrentan a esta edad”, asegura para Raseef22  la directora. Todo un ejercicio para denunciar y concienciar sobre esta lacra cada vez más extendida en los centros educativos y en cuya historia muchas personas jóvenes y padres y madres de todo el mundo pueden verse retratados. 

 

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