Arab Center of Research & Policy Studies (Doha)

Publicado por Al Mudun, 06/11/2018

 

Arabia Saudí ha sido en los últimos días una arena de importantes evoluciones. La primera fue la dimisión del presidente del gobierno libanés, Saad Hariri, quien anunció su decisión desde Riad. Dicha decisión fue muy criticada por Irán y sus aliados quienes consideran que la medida va dirigida contra ellos. Después comenzó una campaña de detenciones y destituciones de príncipes y ministros y exministros saudíes, así como de destacados hombres de negocios a los que se acusa de estar implicados en casos de corrupción, aunque estas detenciones fueron leídas como una tentativa del heredero al trono saudí para consolidar su poder. Es precisamente este príncipe, Mohamed Ben Sultán, quien lidera una corriente saudí extremista contra Irán y abierta a la cooperación con Israel. La tercera evolución fue el misil balístico lanzado por los huzíes sobre Riad como una respuesta iraní a la escalada de Riad contra Teherán.

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Estas últimas evoluciones, cuyo eje es Arabia Saudí, son una tentativa para redibujar la escena regional de un modo que provoque el aislamiento de Irán y se le impida reforzar su poder en la zona. Parece ser que esta vía se está tomando en coordinación con la Administración Trump y con Israel, y se habría acelerado considerablemente con los resultados de la guerra contra Daesh y su derrota en Siria e Iraq. No obstante, la experiencia en Yemen demuestra que las estrategias de coerción se dan en escenarios optimistas en los que se suele sobrevalorar el potencial propio, y tampoco parece que el aislamiento de Irán y su contención puedan conseguirse con la facilidad que se está haciendo creer, teniendo en cuenta la consolidación del acercamiento de Irán y Turquía, y que la mala relación de Moscú y Washington parece agravarse, lo que podría reflejarse en un aumento del apoyo que Moscú ofrecería a los países que están en contra de las políticas estadounidenses en la región. Se echa en falta en este momento un papel contundente y racional de círculos regionales e internacionales que empuje hacia la vía del diálogo y no a la escalada.

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