Omar Abdalat

Rai al Yaum, 12/06/2016

El reino bahreiní ocupa la primera posición a nivel árabe e internacional en cuanto a retirada de la nacionalidad a sus ciudadanos por razones políticas y por realizar actividades pacíficas de oposición al régimen lo que ha provocado virulentas críticas de organizaciones de derechos humanos locales e internacionales.

El monarca bahreiní emitía ayer sábado un decreto que dictaminaba la retirada de la nacionalidad a tres miembros de la Guardia Nacional con el argumento de que estos llevaron a cabo actividades y comportamientos que dañan a los intereses del país al que hay que ser fiel (…). El decreto real no determina la naturaleza de las actividades en las que estuvieron implicados esos militares que supuestamente hacen daño al reino o a su seguridad (…) y la prensa local no habla de que hayan sido juzgados por tribunales civiles o militares, ni dicen cuándo fueron emitidas las sentencias contra ellos.

El Ministerio del Interior de Bahréin retiró la nacionalidad a 31 activistas políticos, entre ellos dos exdiputados, por “dañar la seguridad del Estado”. Todos eran chiíes y algunos vivían en el extranjero. La decisión fue tomada en noviembre de 2012 y la única culpa de los afectados fue exigir reformas en el país, igualdad entre sus ciudadanos y justicia social.

Bahréin hace frente a problemas internos que van en aumento debido a la política de puño de hierro de sus aparatos de seguridad contra los opositores que piden reformas políticas, a muchos de los cuales se acusa de tener contactos con Irán y de realizar actividades que desestabilizan el país, cuando en realidad se trata de actividades que se limitan al marco de las protestas y las manifestaciones y o que las prácticas represivas de los aparatos de seguridad en fosos y redes sociales.

(…)

Viñeta de Omar Abdalat

 

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