El codirector del Observatorio de la islamofobia, Pedro Rojo, critica que se extienda una única visión negativa sobre el Islam

Sol Giménez 23.03.2018 | 01:16

"Los medios no deberían adjetivar los atentados como islamistas"

«Los medios no deberían adjetivar los atentados como islamistas»

El codirector del Observatorio de la Islamofobia en los medios, Pedro Rojo, ha participado en las Jornadas Culturales de Grado en Estudios Árabes de la Universidad de Alicante (UA) sobre la Islamofobia junto a Aurora Ali, de la Plataforma contra la islamofobia, y Dalila Azzi, traductora y periodista.

 

¿Qué grado de islamofobia han detectado en los medios de comunicación?
Desde enero de 2017 hemos creado una metodología tras reuniones con académicos, expertos en Islam, comunidad musulmana y periodistas para decidir el barómetro para medir la islamofobia en los textos que íbamos a analizar. De acuerdo a esa metodología hemos analizado los artículos que hablan del Islam en Europa y los que están firmados por periodistas españoles en seis medios de comunicación. Así hemos comprobado que cerca del 70% de los artículos publicados en esos medios tienen contenido islamófobo.

 

¿A qué creen que se debe?
Llevamos dos años con el Observatorio y tras varios encuentros con periodistas distinguimos dos perfiles generales, los que son conscientemente islamófobos, que se dan sobre todo en las columnas de opinión, y los que por las circunstancias de los medios de comunicación actuales no tienen la formación o especialización y desconocen sobre lo que están escribiendo. La precarización les hace ir muy rápido y les obliga a escribir hoy sobre fútbol, mañana sobre Islam y pasado sobre Endesa. Estos últimos no tienen la conciencia de que están contribuyendo a propagar una idea negativa e incorrecta sobre el Islam. Para solucionar parcialmente este problema tenemos un glosario en la web del Observatorio con la terminología básica y próximamente sacaremos unas recomendaciones.

 

¿De qué tipo de islamofobia estamos hablando?
En los artículos de opinión hablamos de generalizaciones, de presentar al Islam como si fuera un personaje único cuando hay 1.500 millones de personas. Y esta única realidad siempre es violenta, agresiva, retrógrada y bárbara, se reduce a toda esa comunidad, incluida la comunidad musulmana española, a ese imaginario. Se extranjeriza a los musulmanes cuando de los dos millones que residen en España un millón son ya españoles. Esa es una parte de la islamofobia, la otra es más de metáforas, orientalismo, de usar términos incorrectamente. Pero la más problemática es la de la generalización y la personificación del Islam como algo violento y extensible a todos los musulmanes.

 

¿Y en los artículos de información?
Ahí la islamofobia está más presente en términos mal utilizados o una imagen mal usada como ilustrar un atentado con una fotografía de musulmanes rezando en una mezquita. También el abuso de la terminología académica mal utilizada como takfir o yihad.

 

¿Cuáles son los términos que se suelen usar mal?
El ejemplo más claro es cómo adjetivamos los atentados terroristas, no hay que llamarlo terrorismo islámico. Es lo mismo que si al hablar del terrorismo de ETA dijéramos terrorismo vasco cuando los atentados los perpetraba una organización concreta y no todos los vascos. ¿Se puede utilizar terrorismo yihadista? De momento nosotros no hemos encontrado una solución mejor, pero las comunidades musulmanas dicen que al utilizar terrorismo yihadista les estamos robando esa palabra que no significa guerra santa sino esfuerzo. Hay zonas grises que son más complicadas. Lo mismo ocurre cuando presentamos siempre a una mujer con velo como sumisa y sin capacidad de decisión sobre su vestimenta. Volcamos en el velo todos los estereotipos sobre los países árabes.

 

¿Cuál sería entonces la forma correcta de denominar un atentado?
Proponemos que no se adjetive y si se pone yihadismo que se entrecomille porque no es una traducción literal de yihad. Todavía estamos en el proceso de encontrar la terminología que convenza a todos pero es importante no utilizar la que sabemos que es incorrecta como terrorismo islamista. Existe una voluntad para hablar de forma más justa de las comunidades musulmanas.

 

¿Han encontrado buena predisposición por parte de los medios a la hora de cambiar la terminología?
Hace falta un trabajo de constancia. No es un trabajo contra los medios sino para los medios, de contribuir a la credibilidad desde el punto de vista del mundo académico. Se trata de ir construyendo con ellos fórmulas que sirvan porque entendemos la economía del lenguaje y que cada uno tiene su forma de dirigirse a su público. Los medios deben ser conscientes de su responsabilidad y de tener cuidado igual que se ha hecho con el lenguaje machista o el racismo. Su labor a la hora de crear el imaginario colectivo es muy importante y hay que trabajar para que en el islam sea igual de respetuoso como con otras minorías o con la homofobia.

 

Aparte de la terminología, quizá se trata de que la prensa lo que recoge porque son noticia son los atentados y no la vida normal de los musulmanes que viven aquí
El 90% de las noticias que hablan sobre Islam son negativas. Ahí nos dan la justificación de que si no son malas noticias no son noticias. Pero deberían compararse las noticias que aparecen sobre el cristianismo y ver cuántas son negativas y cuántas son positivas. En esas sí hay cabida para temas positivos también y los musulmanes son parte de nuestra sociedad sobre la que hay que informar, no como un ente aislado. Entendemos que hay que cubrir informaciones negativas que tienen que ver con la actualidad, pero no caigamos en justificar que sólo sea eso.

 

Aparte de los medios, ¿han encontrado en redes sociales esta islamofobia?
No hemos analizado ni redes sociales ni comentarios a las noticias, pero sí hemos detectado ataques al observatorio en redes sociales. Para los trolls en general es muy fácil atacar con el discurso del odio. Nos hemos puesto en contacto con Twitter o Google porque a ellos mismos les preocupa. Al final se va creando un discurso de odio que puede crear un cisma social y enfrentamiento.

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