Haifa al Mansur es la primera mujer directora de cine en Arabia Saudí, y es considerada una de las figuras más significativas de su país. Haifaa al Mansour es la conexión clave entre Riad y Hollywood, ya que tras 35 años de prohibición, las salas de cine reabrieron en el reino saudí en abril del año 2018. El reino prevé la apertura de 350 cines con un total de 2.500 pantallas hasta 2030, y Haifaa al Mansour forma parte del Comité Asesor del Gobierno para elegir las películas que se estrenarán, lo que supone un grandísimo avance y una demostración de cómo la presión femenina puede cambiar una sociedad acomodada en la desigualdad de género.

Haifa se licenció en Literatura en la Universidad Americana de El Cairo e hizo un máster de Dirección de Cine en la Universidad de Sidney, Australia. Su amor por el cine se lo inculcó su padre, que le introdujo en este arte a través del vídeo en una ciudad donde todavía no había cines. Comenzó su carrera cinematográfica con tres cortos titulados Who? (¿Quien?), rodado con sus hermanos, The Bitter Journey y The Only Way Out, este último premiado en Emiratos Árabes Unidos y en Holanda. En 2005 fue premiada por el documental Women Without Shadows, sobre la invisibilidad de las mujeres en los países del Golfo Pérsico, que fue proyectado en 17 festivales internacionales. 

Sus trabajos influenciaron a todo un grupo de mujeres productoras que compartían sus mismos sueños e ilusiones en un país donde la libertad está restringida. Además, sus películas fueron la mecha que encendió el controvertido debate de la creación de salas de cine en Arabia Saudí. En su país, las obras de Haifa Al Mansur son alabadas por una parte de la población, a la par que criticadas por otra parte de ella, por generar debates sobre asuntos considerados tabúes, como el peligro que supone las normativas wahabíes para la sociedad y, en concreto, para la mujer. 

A través de los testimonios de Haifa podemos comprobar cómo la sociedad y legislación saudí han ido evolucionando hacia una realidad menos desigual y un poco más prometedora para las mujeres, acabando con imposiciones y leyes que suponían una lacra para la libertad y el progreso de multitud de jóvenes muy capacitadas y llenas de ilusiones, como Haifa en su juventud. Si bien es cierto que Arabia Saudí es una de las sociedades más segregadas del mundo, en la que las mujeres cuentan con menos derechos, el éxito de la artista ha despertado la esperanza en un progreso que va llegando paulatinamente.

La directora debutó en 2012 con el estreno de La bicicleta verde, una película sobre una niña de diez años llamada Wajda que lucha de forma incesante para que sus padres le compren una bicicleta en una sociedad que prohibía a las mujeres montar en estos vehículos. La realizadora tuvo que rodar la película escondida en una caravana para evitar que se la acusase de escándalo público, mientras dirigía el rodaje con un walkie-talkie, y de esta forma consiguió crear una de las mejores y más conmovedoras películas sobre la sociedad saudí. 

Ese mismo año, Arabia Saudí compitió con ese largometraje por primera vez  en los Oscar en la categoría de Mejor Película Extranjera. Sin embargo, uno de los requisitos para participar en la competición es que las películas que concursan hayan sido estrenadas en el país, y por aquel entonces el cine estaba prohibido en el reino del príncipe Muhammad Bin Salman. No obstante, Haifa al Mansur, demostrando una vez más su inteligencia, ingenio, y determinación por conseguir sus sueños, se las arregló para proyectar su cinta en pequeños clubes literarios y centros culturales y finalmente fue nominada en Hollywood. 

Para la cineasta, sortear las dificultades y los obstáculos impuestos por ser mujer en la sociedad saudí se ha convertido en su pan de cada día, al igual que tuvo que hacer el día de su boda con un diplomático norteamericano, a la que llegó conduciendo un carrito de golf, pues hasta hace muy poco la legislación saudí impedía a las mujeres conducir. 

La última película grabada por la cineasta saudí es La candidata perfecta, una historia de sus propias vivencias que, a través del humor, nos envuelve en un relato cargado de fuerza y valentía por parte de la protagonista. Durante el rodaje de esta película la directora sí pudo estar libremente con el equipo y dirigir a sus actrices y actores. “Fue maravilloso poder estar con ellos, incluso la policía nos ofrecía protección”, recuerda.  Este pequeño detalle es la prueba de la evolución que ha vivido la sociedad saudí durante los últimos años, y lo mucho que ha influido el peso de las mujeres en ese progreso. 

Haifa Al Mansur ha querido dejar constancia de los cambios que se están produciendo en la sociedad saudí a través de esta historia familiar. Su madre, que amaba cantar, tenía que hacerlo en privado, y a la joven Haifa, todavía tímida, reservada y algo conservadora, no le gustaba cuando lo hacía en púbico. Su madre la ayudó a entender a las personas rebeldes que crecen en ambientes muy conservadores, además de enseñarle el valor de la rebeldía y la fidelidad a uno mismo. 

Con esta historia llena de feminismo y empoderamiento de la mujer, la directora trata de transmitir a las jóvenes saudíes la importancia de creer en sí mismas y cómo a pesar de que sus entornos intenten obstaculizar sus sueños, deben perseguirlos hasta el final.  En una sociedad donde las mujeres avanzan con fuerza, el ejemplo de Haifa Al Mansur ha sido y es clave para que se produzca esa apertura hacia la cultura, el arte, la música de la mano de mujeres emprendedoras y seguras de sí mismas. 

 

Maryam Ashalem. 23/04/2021

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